Capítulo trece- Disparo al corazón (parte 1)

502 46 6
                                    


Cody


El vaho que se escapa de mi boca crea una hilera de formas irregulares al compás del viento; me siento como en el inicio de todo, el maldito momento que empezó todo; cuando estaba hablando con mi mejor amigo, nunca imaginé que esa serie de palabras que salían de su boca en tañido de favor, sería la bala que se vería tan inofensiva, y terminaría rozando mi corazón.

— ¿Cody? — Pregunta Sarah desde el otro extremo de la mesa, sentada en el banquillo color durazno, típico de Orange.

— ¿Qué, qué pasa? — Reacciono con premura.

— Estás conmigo, ¿No? — Inquiere, acercando ligeramente su cara — ¿Por qué tan disperso?

— Lo siento, estoy un poco estresado por el colegio — Agito mi cabeza de izquierda a derecha — Bien, me contabas por qué no pudiste ir conmigo ayer.

— ¡Oh, cierto! — Vuelve a dejar una distancia prudente entre nuestros rostros — Mi padre tenía una urgencia familiar y bueno, ya sabes, tenía que ir con él si no quería perder mi permiso al baile.

— Hablando del baile — Cuestiono haciendo caso omiso del resto de su plática — ¿Cuándo es?

— En serio estás distraído, es mañana — Una sonrisa pícara se forma alrededor de la parte inferior de su cara, me hace, no sé, temblar.

Me mantengo sereno, en realidad no tengo planes para mañana, la única persona que me interesa en este momento, está en alguna parte que desconozco.

— ¿Asistirás con Taylor? — La voz de Sarah tiembla, y sus ojos están centrados en la mesa que nos separa.

— No lo sé en realidad, ¿Por qué?

Juguetea con sus dedos, lame el bordillo central de su labio inferior, sé lo que me quiere decir, pero también conozco la respuesta que ansió decir.

— ¿Quieres ir conmigo, Sarah? — Una mirada pesada hasta el estupor, sostiene una pasmada reacción.

— ¡Claro! — Cierra los ojos y los abre de golpe — Pero como amigos, ¿Cierto? No quiero incomodar a Taylor.

— Claro, como amigos — Respondo con una sonrisa de oreja a oreja, una sonrisa forzada, una sonrisa falsa.

Una mujer con rostro de corazón entra al establecimiento, con un manojo de hojas color plata; se acerca al gerente y le murmura algo al oído, seguido de ello, la mujer se acerca a la esquina donde se encuentran los baños, el de hombres a la izquierda, y el de mujeres a la derecha, en cada uno pega un volante, no alcanzo a distinguir mucho, solo el rostro de un hombre mayor, y una advertencia en letras gigantes, que forman la palabra cuidado.

Los frisos de azulejos están adornados con meandros, lo cual es una decoración bastante ajena a la supuesta temática de Orange, aunque en si nada de este local tiene una temática, es como si todo tuviera independencia y personalidad diferente.

Es extraño como todo lo que representa este lugar, me parece más interesante que platicar con Sarah, pero es mejor que llenar mi laguna mental con aburrimiento.

— ¿Y por qué Taylor no podrá ir? ¿Se pelearon? — Dice, intentando mantener la conversación.

— En realidad, algo así, no lo sé con exactitud, solo sé que, a pesar de todo, me sigue gustando — Son las únicas palabras completamente ciertas que he dicho en todo el día, tal vez en toda mi vida.

— Eso es bueno — Roza su mano contra mi mejilla — Pero debes estar completamente seguro.

— Claro que lo estoy. Me gusta.

Creí que seguiría intentando disuadirme de mis sentimientos, pero simplemente sonríe y levanta la mano. El mesero se acerca a nosotros con rapidez.

— ¿Qué gusta, señorita? — Pregunta el mesero de forma amable.

— La cuenta, ya terminamos aquí. 


Aunque no te quiero [En pausa]Where stories live. Discover now