Vengeance. Nuevas especies.

Capitulo 21.

Capitulo Final!!!

No tenía sueño, llegue a contar ,miles de ovejas, tome algún te para relajarme, me puse a hacer caligrafías, algo que siempre me daba sueño, y nada, no podía dormir. Ven se despertaba cada cinco minutos al sentir mi grado de ansiedad.

-¿No es mejor que vayamos al centro de salud? Me preocupas.

-No, estoy bien. Es que extraño a los niños, solo eso.

Me di la vuelta, dándole la espalda y el me abrazo después de un rato. Mi mente viejo por Lion, liam y león, también por los hermanos G... ¿Sería buena idea decirle a Ven que recibiríamos tres niños más, luego de la boda? No. Mejor el día siguiente a la boda.

Once de la mañana. Mi humor no era el indicado, después de pasar una noche en vela tenía el agitamiento de la boda Por suerte no tuve que encargarme de mucho, todas las mujeres se apiadaron de mis ojeras y comenzaron a moverse para organizar todo junto con las personas encargada para eso.

En este momento me encontraba en la habitación que compartía con Ven, Muñeca me hacia la última prueba del vestido y prácticamente termino de poner las ultimas perlas con la blusa sobre mi.

-Esta hermoso, estas hermosa. –Aparte el espejo con el que veía como me aplicaba yo misma las bases de distintos colores para disimilar mis ojeras e imperfecciones. Es espejo cuerpo completo un poco alejado de mi, me dio una vista maravillosa del vestido sobre mi, la falda caía sin parecer un mantel y mi barriga no sobresaltaba entre tanta tela.

-El vestido te quedo perfecto –Le sonreí- Estoy muy feliz, muchas gracias, muñeca.

-Siempre a tu orden, Kira. ¿Te ayudo con el peinado?

-Claro, necesitare ayuda con los pasadores.

Estuve lista a las dos de la tarde. Había vestido a mis dos bebes con unos Smoking hecho a medida de color amarillo. Sus ojos azules resaltaban como reflectores encendidos durante la noche. Tenían zapaticos lustrados y parecía que verse vestidos de esa forma les hacía gracia.

-Yo digo que se ven muy lindos. ¿Qué me dicen ustedes? –Les sonreí.

-Yo también lo digo pequeña. –Gire a la dirección de esa voz. Mi padre tenía puesto un traje que reconocí de inmediato, el que utilizo cuando caso con mi madre.

-Papa! –Lo abrace muy fuerte- Ya pensaba que no vendrías!.

-¿Y perderme tu boda? Eso no pasaría ni en un millón de años linda. –Me acaricio el rostro. Antes de volver a hablar- Apártate para que te dé un regalo.

-No quiero regalos, con que estés aquí y pueda abrazarte es suficiente –Me aferre más a su cuerpo.

-Era de tu madre. No creo que le gustara que rechazaras algo de ella. Y mucho más algo que te estoy entregando yo.

-¿De mi madre? –lo mire ahora con más interés. Mi madre sacrificaba todo por nosotros así que si había dejado algo debería de ser muy importante.

-Si. Cada año le compraba algo de valor a tu madre, algo por lo que reunía el poco dinero que me quedaba en los bolsillos después de comprar todo lo que necesitaba la casa y ustedes. Pero así como se lo compraba, y venían fechas malas, ella las vendía para tener dinero y cubrir las necesidades. No quedaban muchas cosas cuando ella murió, pero dijo que yo tenía el deber de escoger que darle a cada uno de nuestros hijos, en una fecha especial, una que nunca olvidarían. A tu hermana Jess el día de su graduación. A tu hermano Sergay el día que nació Martha, dos meses después de que tu mama muriera. A Kennya el día de su boda, como a ti. –Solo sonreí y el me dio un saco de tul color verde.