Capítulo 19

3K 231 152
                                    

—¿Te pongo nerviosa?— Preguntó aún cerca de su rostro, insinuando que quería otra cosa.

Ella rápidamente negó con la cabeza, cruzando ambos brazos sobre su pecho a la vez que alzaba el mentón.

—N-No, no me pones nerviosa...— Respondió, aunque intentaba más convencerse a sí misma que a él.

Foxy la miró unos largos segundos, para después volver a ponerse recto, asintiendo con un leve cabeceo.

—No hace falta que me agradezcas nada, pequeña Mangle— Hizo una breve pausa.— Yo quería disculpa...— No pudo terminar la frase, pues ella lo interrumpió.

—¿Cómo que pequeña? ¡Yo no soy pequeña!— Exclamó la pelirrosa, en un tono indignado y algo infantil (cosa que esto último le salía por si solo, ya que estaba programada para jugar con los niños y tener un vocablo más adecuado para los más pequeños). Ella no tenía la culpa de que él fuese un gigante.

El Capitán se quedó sorprendido cuando la escuchó, aunque una amplia y burlona sonrisa se formó en sus labios. El lado infantil de ella había salido a flote de nuevo, y eso le recordaba a cuando él le replicaba a su madre... Y también cuando los mismos niños que iban a la pizzería lo hacían. Le dio unas pequeñas palmadas en la cabeza, esta vez, con una sonrisa forzada. Recordar su pasado no le hacía ningún bien.

—Claro que lo eres— Respondió, asintiendo de nuevo.— Y ahora, vuelve a tu cueva. O no querrás actuar tarde tu primer día, ¿verdad?— Prosiguió, pasando un brazo por al lado de su cabeza y abriéndole la cortina para que saliese, quería estar solo en ese momento. Mangle lo miró unos largos segundos y asintió, saliendo de la cueva. A medio pasillo, Foxy volvió a llamarla.— ¡Ah! Y ten suerte— Le guiñó un ojo cuando ella se había parado en medio del pasillo para mirarlo.

Aquél gesto del pirata, hizo que la chica se sonrojase y entrase corriendo a la cueva, alejándose de la mirada de los curiosos.

Era increíble como solamente un pequeño gesto infantil hizo cambiar el humor del capitán, pero para mal.

Todos los animatrónicos de la pizzería ya estaban totalmente arreglados y dispuestos a ponerse a trabajar. El olor de la pizza recién hecha abundaba por todo el local, y algunas letras de canciones resonaban por los altavoces ya que comprobaban el volumen de éstos.

Mangle tenía todo preparado para su actuación, pero no podía quitarse de la mente las pequeñas sonrisas que le había dedicado el capitán. Pensar en eso hizo que se pusiera roja como un tomate. Era su modelo original y ella no se parecía en nada a él, solo en que eran zorros y que su cara se ponía del mismo color del pelo de él.

Pero el capitán se puso a pensar. ¿Por qué debía cambiar su actitud por un animatrónico que podía reemplazarlo de un momento a otro? Sí, tenían cuevas y actuaciones diferentes, pero el destino podía jugarle una mala pasada, como ya hizo cuando era un niño.

Estaba empezando a enfadarse. Daba vueltas por toda la cueva, de un lado a otro. Se daba suaves golpes con la palma de la mano en la frente.

«Puede que te saque de la oscuridad.» Dijo su subconsciente, o mejor dicho, imaginó que lo decía y solamente eran pensamientos suyos que iban en contra de las expectativas.

—No lo han conseguido mis propios amigos, y lo va a conseguir ella, ¿no?— Hablaba con un tono irónico y en un tono bajo, como si fuese un gruñido.

«Todos lo han superado, y tú te has quedado en el pasado.» Volvió a decir este.

—Pues no quiero superarlo— Obviamente sí quería hacerlo, solo quería dejar mal a la vocecilla que realmente se imaginaba él mismo.

Un ruido lo sacó de su discusión. Las puertas del local se estaban abriendo, y eso quería decir que era hora de actuar.

Cogió una bocanada de aire para tranquilizarse, se colocó bien la gabardina y la camisa, cogió un sombrero pirata que tenía para los niños y se acercó al principio del pequeño escenario que tenía la cueva incorporado. Estaba listo para empezar con la actuación.

Un par de largos minutos después, los niños empezaron a corretear por la pizzería. Las luces que enfocaban el escenario se habían encendido y las cortinas de las cuevas se habían abierto.

La hora de sus actuaciones había llegado.

[...]

—¡Y un niño vomitó en la alfombra de la cueva!

Todos los que residían en la pizzería se habían sentado alrededor de una mesa a cenar. Y en ese preciso instante, todos (o mejor dicho casi todos) escuchaban con atención el relato de Mangle, que contaba su primer día de trabajo y no había sido del todo bueno: primero los niños no se atrevían a entrar; después, los niños eran todo un descontrol; y por último, un niño había dejado un regalo en su alfombra.

—Hoy los niños que habían eran más mayores— Comentó Freddy.

—Y ella es para los más pequeños, no para los más gamberros— Continuó Toy Bonnie, mirando a su amiga que parecía un poco indignada.

—Ese niño ha dejado un buen olor en mi cueva— Añadió Mangle, arrugando levemente la nariz. Por suerte, nada más terminar, se había encargado de quitar el vómito.

Todavía se le removía el estómago al acordarse de ello.

La pelirrosa miró al frente, donde había un sitio vacío. Todos se sentaban en orden: Freddy con Toy Freddy en frente, Chica con Toy Chica delante, Bonnie con Toy Bonnie frente a él, y una silla vacía con Mangle delante. Ella soltó un pequeño resoplido, sin saber muy bien si iba por el tema del niño y el vómito o por ver que su original no estaba con todos ellos.

—No es un tema muy adecuado para hablar en la mesa— Dijo una voz a las espaldas de los Toy.

----------------------------------------------------------------
HOLA HOLA, cuánto tiempo, ¿verdad?
Lo sé, lo sé, muy corto, ¿no? ¡Pero no os preocupéis!

Viene la pregunta clave.

¿De quién creéis que es la voz?

A) Puppet.
B) Foxy.
C) Sorpresa~

Si habéis elegido la opción C, decidme también quién creéis que podría ser.
En unos días (3 como máximo) subiré el siguiente capítulo.

¡Nos vemos pronto, lo prometo!

Mangled Girl [Foxangle]Where stories live. Discover now