16. Barthélemy Prevert

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3 años atrás

Yuuri estaba en la cocina preparando el desayuno, estaba feliz por primera vez salía de Japón, y no solo eso estaba con...
-Buenos días, mi hermoso príncipe- dijo un hombre alto con un fuerte acento francés, de cabello castaño y largo, parecía más una chica pero sus rasgos era mas marcados y masculinos.
-Buenos días mi amor- dijo Yuuri con alegría lanzándose a sus brazos, los labios de aquel hombre capturó los de Yuuri.
-Esto es mejor que el desayuno, de hecho es el mejor desayuno- dijo Barthélemy abrazando a su hermoso Yuuri.
-¿Vas al trabajo?- preguntó Yuuri viéndolo a los ojos sin soltarlo. Aquellos ojos café claro lo hipnotizaba, era hermoso.
-No, voy a ver si agendamos una presentación para la banda, mi amor recuerda que tu adorado prometido tiene que ganarse la vida para ti y para mi- dijo Barthélemy mientras Yuuri fruncía el ceño, al japonés no le agradaba nada el hecho que se dedicara mas a su banda de rock que al trabajo que tenia como vendedor de bienes raíces.

Barthélemy beso la frente de Yuuri y tomo la taza de café que Yuuri le había preparado.

Yuuri tenia unos meses que de había fugado en casa, había dejado una escueta nota en su escritorio.

Mamá, Papá y Mari
Decidí irme a Canadá, voy hacer mi vida como siempre me han dicho, me he enamorado, su nombre es Barthélemy Prevert, yo regresaré pronto.
Los amo.
Yuuri

Barthélemy salió del apartamento, y cobraría venganza, nadie se metía con él, el objetivo: la pomposa y maldita Anya Nikiforov. Sin embargo, ese nombre no era el verdadero, su nombre era Lucien Fournier, y había sido modelo para Non Andare. Lucien se sentía atraído por Yuuri, pero era un niño que no pensó dos veces antes de fugarse con él, y le sacaría provecho, después de todo las noches que pasaba con él, eran dulces y placenteras, pero no pisaría la cárcel y menos por acabar con la vida del único hijo y orgullo de Anya, su perfecto y adorado hijo. Después de todo lo habían humillado por años desde que era adolescente, esa mujer como se atrevía a cuestionar su estilo, no era suficiente con posar para ella. Le revolvía el estómago solo pensar en los años que trabajo para ella.

Yuuri por su parte, estaba en el mercado comprando lo de la cena, sabia que Barthélemy regresaría en la noche, prepararía su platillo favorito. Cuando sacó su cartera noto que le hacia falta su credencial de residencia que había tramitado y su visa, pero no le dio importancia, tal vez estaría en casa. Pago y llegó a buscar sus credenciales, pero su pasaporte tampoco estaba.
-Le preguntaré a Barth- se dijo Yuuri mientras recogía el cuarto donde se quedaban, lo amaba, adoraba y era su todo.

Lo conoció una tarde en Hasetsu cuando salía de una tienda de conveniencia, y él le sonrió. Era amor a primera vista. Después le pidió su número y salieron un par de veces, era un hombre interesante y atractivo. Después empezaron a salir a escondidas, si Yuuri un chico de veintidós años, salía a escondidas con un extraño y guapo extranjero.
-Mi Yuuri hermoso, ¿Vendrías conmigo a Canadá? Quiero pasar mis días y noches contigo- le dijo Barthélemy, claro que quería algo con Yuuri, amaba a ese chico que era tan exquisito, pero los planes cambiaron, cuando Anya se encargó de que en ninguna agencia pudiera trabajar, después de todo le había abandonado el trabajo a media sesión. Yuuri aceptó sin pensarlo y viajaron juntos hacia Canadá.

Y ahora, vivían juntos, Barthélemy llego cerca de las diez de la noche y encontró a Yuuri durmiendo en el sillón de la sala viendo un programa cualquiera, y vio la cena que lo esperaba, quería a Yuuri por esos detalles, se estaba enamorado de su pequeño príncipe.

Cargo a Yuuri hasta la habitación, cuando sonó su teléfono, mientras su adorado niño dormía plácidamente.
-Si, ¿Que sucede?- preguntó Barthélemy, mientras salía del cuarto.
-No fue fácil, pero conseguí la llave de los Nikiforov, por cierto, ¿tienes ya la coartada?- preguntó una voz masculina al otro lado de la línea telefónica.
-Genial es el chico con el que salgo, de cualquier manera pagaré su fianza- dijo Barthélemy un poco angustiado.
-Lucien, te dije que no te enamorarás de ese niño- le regaño el tipo, después pasaron a el plan trazado.

Al día siguiente, Yuuri despertó y se metió a bañar, se había acostumbrado a que Barthélemy salía temprano. Y vio una nota en la mesa con el desayuno preparado junto a una rosa blanca a un lado de su plato.

Yuuri:
Amor, fui a trabajar tengo papeleo de oficina, te dejé el desayuno. Regresaré pronto.

Te amo mi príncipe.
Barthélemy.

Yuuri comió tranquilamente su desayuno, después lavo los platos, era lo mejor que en la vida había pasado.

Pasaron dos días y Barthélemy no aparecía, llamó a la oficina pero nadie respondía, marcó el numero de su teléfono móvil, tampoco hubo una respuesta.

Mientras Barthélemy estaba en la estación de policía, junto con el mayordomo de la familia Nikiforov, después de rendir la declaración y aceptar su culpabilidad, declararon sentencia:
-Lucien Fournier, se le sentencia a cinco años y diez meses por los cargos de intento de homicidio premeditado contra Víktor Nikiforov. A Xavier  Carreau se le sentencia a diez años por intento de homicidio premeditado, abuso de confianza y robo a casa-habitación. Ambos sin derecho a fianza.

En tanto, Yuuri era botado a la calle, con las pocas pertenencias que pudo sacar de la casa, en tanto sus papeles no aparecieron.

El presente

-Lucien Fournier, queda libre- dijo uno de los policías quien abría la reja, de acuerdo con el director de la penitenciaria, había mostrado buena conducta, a excepción de Xavier. Una vez con un pie en la calle, fue a su antiguo departamento, el cual tenia signos de que en años alguien estaba ahí. Se tomo un baño y se vistió. Su mente divagaba en Yuuri Katsuki, y lo que le había pasado. Hasta que su vista se poso en la revista de moda Wink, y ahí su pequeño príncipe en brazos del mismo Víktor Nikiforov, su cuerpo se invadió de rabia, decidió comprar la revista, una vez que tuvo tiempo, empezó a leer el artículo, no había duda alguna era su Yuuri, su pareja en brazos y labios de ese hombre.
-Maldito Nikiforov- dijo Lucien arrancando la portada.

No MientasWhere stories live. Discover now