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Álvaro

Salgo del baño terminando de secarme con la toalla. Camino hasta la maleta y tras sacar unos vaqueros y una camiseta, comienzo a vestirme. Paso la toalla por mi pelo, quitando la humedad.

Tras guardar todo, cierro la maleta colocandola en la puerta. Miro que no me haya dejado nada y salgo por la puerta arrastrando la maleta tras de mi.

Camino hasta el ascensor y tras montarme pulso el último piso. Cruzo el lobby, llegando a la recepción.

-Guten Morgen-Digo a la chica que me mira como si fuese el único hombre del planeta.

-Guten morgen, dass ich helfen kann?

-Venia a pagar la habitación que he ocupado esta noche-La chica asiente y sin apartar sus ojos de mi, coge el cuaderno donde supongo estaran el número de habitación y el inquilino.

-Son 100€-Saco la cartera del bolsillo trasero del pantalón, sacando el billete de su interior.

Salgo del hotel bajo la atenta mirada de la chica y antes de coger un taxi vuelvo mi vista al hotel.

-Aquí llega nuestro fin, Silvia

Doy media vuelta y tras meter mi maleta en el maletero, me monto diciendole al conductor la dirección del aeropuerto.

El taxi comienza a moverse y yo vuelvo mi vista una última vez antes de perderlo de vista.

Conduzco hasta mi casa, sin poder quitarme de la cabeza a Silvia. La sacudo levemente, prestando toda la atención a la carretera. Pulso el botón del garaje y tras abrirse la puerta, entro.

Camino por el pasillo hasta llegar a mi apartamento. Abro la puerta y tras dejar la maleta en la puerta, camino hasta mi habitación. Me tumbo en la cama, poniendo uno de mis brazos encima de mis ojos, quedándome dormido poco después.

Silvia

Abro los ojos lentamente notando como la calida luz golpea mi rostro. Fijo mi vista en la ventana, viendo que es uno de los unicos días que hace sol. Giro sobre mi misma en la cama volviendo a acomodarme.

Dentro de unas horas tengo que ir a ver a Alex para devolverle una parte del dinero que me presto. No creo que necesite tanto y además me da un poco de miedo tener tanto dinero en la habitación.

Cierro los ojos de nuevo aunque el sonido de mis tripas hace que los vuelva abrir.

-¿Tienes hambre, pequeño?-Acaricio suavemente mi vientre.

Me levanto lentamente de la cama para no marearme y me dirijo hasta el pequeño frigorífico de la habitación. Abro la puerta, viendo que no me queda nada de comida.

Suelto un pequeño suspiro antes de dirigirme a la mesa de la habitación viendo como se encuentra encima de ella la carta del restaurante. La cojo y tras mirar lo que hay y cuanto cuesta, llamo pidiendo la comida.

-Por un día no creo que pase nada, ¿verdad?

Poco tiempo después llaman a la puerta y tras abrir, entra un camarero con el carrito lleno de comida. El olor de los dulces hace que mi estómago ruga.

Acerco el carrito a la cama y me siento comenzando a comer. Cuando acabo, recojo todo dejandolo en su sitio. Llamo al servicio de habitaciones, y mientras espero busco la ropa que me voy a poner.

Salgo del baño ya vestida, viendo como el chico se lleva el carro de vuelta. Cojo el bolso y tras guardar el móvil y la mitad del dinero, salgo de la habitación con un mal presentimiento.

Solamente túWhere stories live. Discover now