32

132 12 3
                                    

Álvaro

Abro lentamente la puerta, entrando en la habitación donde se encuentra Laura. Me acerco a la cama, cogiendo su mano entre las mías.

—Tienes que ponerte bien, mi amor... No me puedes dejar ahora.—Bajo mi vista hacia nuestras manos—Ya hemos perdido a nuestro bebé, no te vayas tú también...

Acerco mis labios a su frente como tantas otras veces he hecho, quedandome asi uno segundos. Noto como comienzan a caer lagrimas de mis ojos.

—Por favor, Laura... Te necesito—Mi voz suena cada vez más baja como si de esa forma solamente ella pudiera escucharme.—No sabes cuanto me arrepiento de nuestra discusión, de haberte dejado marchar. Joder, Laura. Has conseguido que te quiera como nunca pensé que podría querer a alguien después de lo de Silvia. Tú me has cambiado, con tu cariño...

Oigo como la puerta se abre, dejandome ver a Paula, la enfermera.

—Doctor, tiene un paciente esperando—Me mira esperando una respuesta.

—Ahora no puedo—Mi voz suena neutra mientras me siento en la silla al lado de Laura.

—El paciente insiste en que sea usted quien le atienda—Paula insiste, pero yo solo pienso en la chica que delante de mi.

—Ahora no.

—Doctor...

—¡Te he dicho que ahora no!—Levanto la voz, haciendo que Paula se sobresalte—¡Vete!

—Perdón...

Sale cerrando la puerta, dejandome solo con ese silencio que me ahoga lentamente.

—Necesito escucharte, quiero volver a oir tu voz, tu risa. Eres lo único importante que me queda—Digo arrimando mi cabeza a su vientre.—Lo único...

No se cuanto tiempo ha pasado, pero la cálida luz del amanecer hace que abra los ojos. Levanto la cabeza de encima de sus piernas, dándome cuenta de que aún sigo con su mano entre las mias.

—Joder...—Noto como el cuello me tira por todos lados, haciendome ver que esa postura no es la mejor para dormir.

—Álvaro...—La puerta se abre dejando ver a Lucía.—¿Porque no vas a casa y te tumbas un poco?

—No me voy a mover de su lado.—Cierro los ojos notando como una punzada atraviesa mi cabeza.—Ya he dormido lo suficiente.

—Seguro que ahora mismo tienes el cuello destrozado—Dice haciendo que la mire—Te vi anoche. Para ser médico parece que no sabes muy bien que esa postura es horrible.

—Lo último en lo que puedo pensar ahora es en si esa postura es buena o mala. Solo quiero que se despierte.—Lucía camina hacia mi.

—Ramón me ha contado que estaba embarazada...

—Estaba...

—Se como te sientes ahora mismo, Álvaro. Y también se como se sentirá ella cuando despierte.

—Tú no tienes ni puta idea de lo que siento. Nadie tiene ni puta idea de mi porque nadie se ha molestado en intentar llevarse bien conmigo.—Miro a Lucía para despues volver mi vista a mi novia—Las únicas que lo hicieron fueron Silvia, que me abandono. Y Laura—acaricio su mano con mis pulgares como sé que eso la relajaba—No quiero tu compasión, solo quiero que me dejéis solo y que no me molestéis.

—¿Eres consciente de que por más que estes con ella, no va a despertar antes, verdad?—Lucía camina hacia la puerta.

—Al menos no estará sola...

Es lo último que digo antes de que se vaya.

Solamente túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora