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Álvaro

Veo como el rostro de Silvia cambia sin terminar de creerse que este delante suya.

—No puede ser... No es verdad...

—Si lo es, cariño.—Me acerco a ella ahuecando su rostro con mis manos.—Pensé que no podria verte ni hablar contigo antes de irme...

—Alex me dijo que te vio y que hablo contigo.

—Si...¿Es cierto que te has casado con el?—Voy bajando el volumen cuando veo el anillo en su dedo.

—Yo, no...

Observo el carrito viendo como el niño, mi niño, duerme tranquilamente.

—¿Kael es mi hijo?—Prefiero no andarme con rodeos. Silvia levanta la vista rápidamente, mirándome a los ojos—¿Lo es, Silvia?

Silvia no dice nada, solamente asiente lentamente con la cabeza dándome la razón. Bajo mi vista de sus ojos a sus labios y tras volver a fijar mi vista en esas orbes que me enamoraron desde un principio, la atraigo hacia mi acortando la distancia entre nosotros.

El simple roce de sus labios con los mios después de tanto tiempo hace que un escalofrío recorra toda mi columna y esas famosas mariposas de las que todo el mundo habla, se instalen en mi estómago como si esta fuese la primera vez que la beso.

He besado muchas veces a Laura y aunque sea alguien especial e importante para mi, esta claro que nunca ni en un millon de años, conseguiría hacerme sentir lo que Silvia consigue con un simple roce.

Silvia pasa sus manos por mi cintura pegándome mas a ella si eso es posible.

—¡Silvia!—Al escuchar la voz Silvia se separa de mi rápidamente, dándose cuenta de lo que estabamos haciendo. Giro mi rostro viendo como una chica es la que ha gritado— ¿Que haces?—Susana nos mira horrorizada, y Silvia después de darse cuenta de algo también.

—Soy Álvaro... Álvaro Mendieta—Decido presentarme para intentar cortar la tensión que se ha instalado entre nosotros.

Susana relaja las facciones de su rostro y tras mirarme de arriba abajo, vuelve su vista a Silvia con una sonrisa ladeada.

—Así que este es el famoso Álvaro...—Susana fija su vista en mi—Soy Susana, la cuñada de Silvia.

Noto como la sangre abandona mi cuerpo al darme cuenta de lo que esto puede suponer. Susana sonríe dejando escapar una suave risa.

—Tranquilo hombre que no le voy a decir nada a mi hermano—Susana rie negando con la cabeza. Camina hasta ponerse al lado de Silvia, quien no ha levantado la mirada del suelo en todo este momento.

—Silvia...

—Será mejor que te vayas y te olvides de lo que te he dicho.—Miro anonadado a Silvia sin creerme que me este diciendo esto.

—¿Quieres que me vaya y haga como si nunca me hubieras dicho que ese niño es mi hijo?—pregunto señalando el carrito de bebe.

—Se lo has dicho...—Miro a Susana. Su rostro muestra sorpresa.

—No me voy a ir... No sin ti, no sin vosotros—Mi voz suena firme, tanto que Silvia me mira.

—¿Que dices? ¿Estas loco? Alex es mi marido, no me puedo ir.

—¿Porque no?—Ambos miramos sorprendidos a Susana. ¿De verdad esta dispuesta a que Silvia se vaya dejando solo a Alex?

—¿Y me lo preguntas tú?

—Silvia. Vete. Es tu unica oportunidad—Susana coge la mano de Silvia—Ya me encargo yo de Alex.

Silvia mira a Susana para después mirarme a mi, y terminar con su vista en Kael.
—¿De verdad no quieres irte y vivir tu vida junto a él?

Vamos Silvia escucha a Susana y vente conmigo...

Solamente túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora