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Silvia

“Oigo como la puerta se abre para después cerrarse de un portazo. Se que solamente puede ser Álvaro, pero él nunca haría eso y menos sabiendo que a esta hora Kael duerme.

Me levanto del sofá caminando lentamente hasta la puerta. Noto como con cada paso el corazon se me sube a la garganta.

—¿Álvaro?—Trago saliva notando como el nudo de la garganta me aprieta cada vez más—¿Álvaro, eres tú?

Me acerco a la puerta y cuanto más cerca estoy más nerviosa me pongo. Noto como la piel se me eriza cuando pongo una mano en el marco de la puerta.

—Álvaro...

Cruzo la puerta encontrándome al final del pasillo con Alex. La sangre desaparece de mi cuerpo y el corazón comienza a latirme más rápido aún.

—Vaya... Veo que no te alegras de verme—Alex sonríe acercándome a mi.

Intento correr de vuelta al salón, donde Kael se remueve por el portazo de antes. Pero Alex es más rápido que yo, y me engancha del pelo tirándome al suelo.

—¿Donde vas, zorra?¿No te quedo lo suficientemente claro que iba a hacer con vosotros si me dejabas?—Alex me golpea la mejilla. Noto como la sangre recorre mi boca.

—Déjale, déjale no le hagas nada, por favor...—Suplico viendo como coje a Kael, poniendo la pistola en su cabeza.—Hazme a mi lo que quieras, pero déjale a el. No tiene la culpa.

—Ya... Pero dime. ¿Que te va a doler más que te mate a ti o que le mate a el delante de ti?

—Alex...

—Te lo advertí, y preferiste jugar con fuego. Pues ahora atente a las consecuencias.

El sonido de un disparo hace que me quede paralizada en el suelo.”

—Silvia, Silvia despierta—La voz de Álvaro se escucha lejos, muy lejos.—¡Silvia!

Abro los ojos abruptamente notando mis mejillas empapadas en lágrimas.

—Tranquila, solo ha sido una pesadilla—Miro a Álvaro, tirandome a sus brazos.—Tranquila... Llevas aqui dos meses y no ha venido. No lo va ha hacer.

Niego con la cabeza sin poder dejar de ver cada una de las imágenes de mi pesadilla.

—Tu no lo conoces—Mi voz suena bajo. Me duele la garganta como si hubiese estado toda la noche gritando—Alex no se va a quedar quieto. Solo esta esperando el momento perfecto para aparecer por esa puerta y matarnos.

—Silvia, no pienses eso. No lo va ha hacer.—Álvaro me aleja de él haciendo que le mire.—No lo voy a permitir, me oyes. No te voy a fallar otra vez.

Álvaro me mira fijamente haciendome ver que habla enserio.

—Ayúdame... Ayúdame a olvidarme de esa pesadilla—Mi voz es un simple susurro. Álvaro me mira sin estar seguro se lo que quiero.—Hazme olvidar como solo tú sabes.

Álvaro deja escapar una de esas sonrisas tan sexis de su parte, mientras coloca un mechón de pelo detrás de mi oreja.

—No quiero hacer algo de lo que tú no estés segura.

—Lo estoy...—Me acerco más a el—Te necesito. Necesito sentirte de todas las formas, Álvaro...—Beso sus labios suavemente.

Álvaro agarra mis mejillas siguiendome. Aumento el ritmo del beso mientras me pongo encima suya.

—Lo haremos a tu ritmo ¿vale? Y si quieres que lo dejemos me lo dices y ya está.—Asiento rápidamente, volviendo a besarle con ansias.

Hacia tanto tiempo de esto que ya ni me acuerdaba de como se sienten sus manos en mi cuerpo, acariciando cada parte de él. Suave pero duro al mismo tiempo....



Beso su cuello lentamente mientras el juguetea con mis dedos.

—No sabes cuanto necesitaba esto...—Susurro subiendo mis besos por su mentón.

—Y yo—Une sus labios con los mios en un rápido pico.

—Álvaro...

—¿Si?—Apoyo mi cabeza en su hombro, mirándole.

—¿Que has hecho en estos nueve meses que hemos estado separados?

Solamente túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora