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P.O.V Camila.

— Camila! Llegamos. -oí la voz de mi madre, me había quedado dormida en el sofá. Miré la hora y ya eran las 17:20 tanto había dormido?

— Kaki trajimos un...

— Sofía, silencio. -dijo mi madre. Las miré confundida. Sofía fue corriendo a la cocina.- Ve a bañarte Camila, haré la cena. -dijo de nuevo mi madre. No tenía ganas de pelear, así que subí a mi cuarto a buscar mis cosas y bañarme.

Me pareció raro que mi madre no me haya pedido ayudarla con la cena, me bañé, luego me vestí, de pronto mi puerta se abre y entra Sofía.

— Mamá quiere que te pongas bonita, que uses un vestido para que te veas elegante. -luego salió corriendo. Qué estaba pasando?

Iba a bajar para preguntar qué estaba sucediendo, pero oí unas voces en la planta baja, era la voz de un hombre, miré mi aspecto y estaba con ropa de casa, entré y me puse un vestido, algo sencillo

Iba a bajar para preguntar qué estaba sucediendo, pero oí unas voces en la planta baja, era la voz de un hombre, miré mi aspecto y estaba con ropa de casa, entré y me puse un vestido, algo sencillo

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Me miré al espejo y arreglé un poco mi cabello, me coloqué mi colonia favorita, me miré una vez más al espejo luego salí de mi habitación.

Bajé por las escaleras, aún oía las voces, cuando bajé el último escalón y giré en dirección de la sala, mi sorpresa fue enorme.

— ¡FELIZ CUMPLEAÑOS! -gritaron todos, no sabía si me sorprendía más ver a los presentes o el haber olvidado mi propio cumpleaños.

Las lágrimas no tardaron en correr por mis mejillas, no podía reaccionar;

— Feliz cumpleaños mi niña. -dijo mi abuela abrazándome, luego se acercaron mis mejores amigos de Cuba, la voz del hombre que oí desde arriba era la de mi amigo.

— Felicidades! -dijeron los tres, abrazándome también.

— Gracias! -dije limpiando mis lágrimas.

— Felicidades mija. -dijo mi madre con una bella sonrisa en su rostro, Sofi se aferró a mi cintura.

— Cómo? Cuándo planearon todo esto? -dije aún sorprendida.

— Pues ya lo teníamos planeado desde que supimos que se mudarían, así que con tu madre lo hablamos y aquí estamos. -dijo mi abuela.

Pasamos a sentarnos a la sala, entre risas y anécdotas, oímos el timbre y mi madre se levantó a abrir, la vi saludar efusivamente a alguien, en el momento que vi entrar a la fenómeno todo pareció continuar en cámara lenta, qué hacía ella aquí? Luego vi entrar a la vecina y a un señor.

— Familia, ellos son los vecinos, Michael Jauregui, su esposa Clara Morgado y su hija Lauren Jauregui. -los presentó.

La tal Lauren y yo cruzamos miradas, ella definitivamente no parecía sorprendida, pero sí muy molesta, yo definitivamente tenía la expresion más que sorprendida, hasta que el saludo del padre de Lauren me sacó de mis pensamientos;

— Feliz cumpleaños Camila, de mi parte y mi familia te hemos traído este pequeño obsequio. -dijo entregándome una pequeña cajita, qué era? Un llavero? Sonreí y tomé el pequeño paquete y agradecí, la señora Clara también me felicitó, sólo faltaba la fenómeno.

— Gracias. -dije con una falsa sonrisa.

— Lauren... -dijo la señora Clara, Lauren miraba a otro lado.- Michael! -dijo mirando a su marido, él suspiró y miró a su hija.

— Lauren, felicita a la vecina. -ella de mala gana me miró.

— Felicidades. -dijo secamente.

— Gracias. -dije sin gracia también.

La cena se volvió totalmente incómoda desde la llegada de los Jauregui, pronto mi abuela y amigos tuvieron que irse, el viaje había sido algo rápido, pues tenían sus obligaciones, mi abuela no tanto, pero ella había traído a mis amigos, así que era responsable de llevarlos de vuelta.

— Los voy a extrañar. -dije mientras abrazaba a mis amigos.

— Nosotros a ti Cami, pero tú puedes ir a visitarnos o nosotros venir cada tanto. -tratamos de creer en nuestras propias promesas.

— Se nos hace tarde niños, el taxi nos espera. -informó mi abuela. Nos despedimos una vez más y se fueron. Entré a la casa y los Jauregui seguían allí sentados, acaso no tenían cosas que hacer?

Me senté de nuevo en mi lugar y me sentía más que incómoda con la presencia de la vecina y me refiero a la hija de los vecinos. Miré la hora y ya eran las nueve de la noche, podría excusarme con que tenía que ir a clases y que estaba cansada, pero la verdad sólo quería retirarme de allí.

— Madre, gracias por la fiesta sorpresa, gracias a la familia Jauregui por venir -dije mirándolos y sonriendo.- pero mañana hay clases y debo ir temprano. -me levanté.

— Te sientas. -ordenó mi madre y no estaba bromeando. Volví a sentarme.- Sofía, sube, cepillas tus dientes y vas a la cama. -dijo mi madre y Sofi asintió, se levantó y depositó un beso en la mejilla de mi madre.

— Buenas noches padres de ojitos bonitos. -se dirigió a los Jauregui. Los que le dieron las buenas noches también.- Buenas noches ojitos bonitos. -dijo dando un beso también a Lauren.- Hasta mañana Kaki. -dijo pasando de largo. Y mi beso? Una vez que subió las escaleras mi madre se aclaró la garganta.

— Muy bien Camila, como ya tu fiesta sorpresa ya estaba preparada y tus amigos y abuela ya estaban en un hotel, me vi obligada a posponer esta conversación. Cuando la señora Clara vino a buscarme para ir a recogerlas del Instituto me ha puesto al tanto de lo que le hacían a su hija una compañera y sus amigos, los cuales me enteré ahora son amigos tuyos también. -hizo una pausa y miró a Lauren, quien miraba su teléfono que estaba sobre la mesa.- Quiero que te disculpes con los vecinos por haberla molestado en los vestidores. -finalizó mi madre.

Miré con odio a esa fenómeno, cómo pudo ser capaz? Esto no se quedaría así, se lo iba a contar a Dinah, esto debe ser una jodida broma.

— No es necesario que lo haga si no quiere. -dijo Lauren de pronto.- Con tal de que me deje en paz en el instituto me conformo. -puso una cara de perro abandonado. Maldita!

— Nada de eso, Camila... -mi madre habló.

— Disculpa mi comportamiento. No volverá a suceder. -dije prácticamente entre dientes.

— Gracias Camila, quizá ahora podamos ser amigas. -dijo levantándose y dándome un abrazo. Y a esta loca qué le picó?

— Significa mucho para nosotros que te hayas disculpado Camila. -dijo el padre de la idiota, la madre sólo asintio.

— Ahora, si no hay más nada que decir, me retiro. -dije levantándome de nuevo. Mi madre no objetó, entonces me retiré.

Esto definitivamente no se quedaría así.

Accidentalmente Enamoradas  (CAMREN G!P)Where stories live. Discover now