ROTTEN

1.8K 129 41
                                    


Miré alrededor. Completa oscuridad llenaba el lugar, un extraño hedor a fármacos saturaba mis sentidos de sensaciones demasiado familiares para mi gusto, y este silencio imperturbable danzaba por corroídas paredes, sucio suelo, y vacías líneas de camas desocupadas...

Mis cuencas se cerraron por un momento y sentí casi caer ante el cansancio, abriendolas una vez más para obligarme a mantener siquiera un grado decente de conciencia.

Me eché contra una de las múltiples camas perfectamente tendidas, esta por otro lado bastante deshecha y por tanto más acorde a mí.

No había... dormido o descansado, o siquiera pegado una cuenca en días. ¿Tal vez cinco o seis? ni idea.

Dejé todo mi peso caer contra la suave cama, extrayendo de mi pecho esta voluta de vida ajena; palpitante ante mi tacto, inconsciente del peligro que realmente corría.

Con los días de alguna forma pareció adherirse a mi alma, como si me reconociera como su dueño o recipiente o que se yo; y tenía sentido de alguna forma, esta era el alma de Sans, y yo era Sans después de todo... otro Sans, pero Sans a fin de cuentas, lo cual era sanstasticamente sansacion...

"¡Para!" reí por lo bajo ante el tedio de mi hermano, meciendo la confiada ánima entre mis dedos con cierta delicadeza impropia de mí, sintiendo de alguna forma el tacto en mí mismo, como si algún hilo imperceptible para mi vista la hubiese ligado a mi ser.

Absurdo, pero interesante.

El día que la tomé, que jugué esta curiosa broma que no pensé fuese a ir de esta manera, el puto del humano de alguna forma logró hacerse con él alma del pescado blindado mientras hablábamos. Sin mi o Papyrus en su camino, supongo que fue relativamente fácil llegar a ella.

El problema con este humano es que con una pizca de poder... dios, era como una bola de nieve; solo había que impulsarle colina abajo y ya era incontrolable después de cierto punto, y el pescado blindado era ese maldito punto.

Gemí exhausto.

Huyendo de esa mierda de humano no había siquiera podido poner un maldito bocado en mis entrañas... aunque no es como que tuviese.

Y pude solo... no sé, matar a los sobrantes y luego acabar conmigo para obligarle a un reseteo, el subsuelo sin nada que exterminar no es tan divertido; pero la posibilidad de esta ánima desapareciendo con toda esta línea temporal había detenido mi actuar.

Estaba un poco acorralado.

La alcé a la altura de mi rostro.

A lo largo de los días nunca había dejado de emanar esta cálida sensación que yo había perdido casi automáticamente desde el primer genocidio... como si algo se hubiese fracturado sin reparo alguno, y esta ánima ajena de alguna forma aún conservaba ese algo.

Recuerdo haber proferido esas palabras hacía horas, días, meses, años atras...

Con cada asesinato el ser se enajena más de la realidad, hasta llegar a un punto de completa desconexión con la misma; donde las cenizas entre manos curtidas de pecado ya no significan más que suciedad que lavar en el río más cercano.

Esa enajenación absoluta había emponzoñado mi alma hacía tanto que ya ni siquiera recordaba cómo se sentía todo anterior a ello; pero esta voluta lo conservaba , aún que vil y pecaminosa, aún cálida y sintiente.

Y quería solo estrujarla hasta desaparecerla de entre mis falanges, sentir los últimos palpitares de desespero mientras la vida fluía de ella lenta e irónicamente ansiosa de existir solo por unos segundos más ante la prominente muerte. Esta voz ajena susurraba en mi cráneo lo plácidas que se sentirían las cenizas a través de mis huesos; y la promesa de esa calidez ya no de mi propiedad sobrecogiendome por unos segundos, hacía mi autocontrol vacilar con cada respiración...

Scream for me [Horrordust] [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora