MADNESS

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Gemidos atravesaban profanos cascadas que corrían apresuradas hacia las profundidades del subsuelo, sudor que descendía por huesos en movimiento se entremezclaban con cenizas desbordadas entre grietas, entre rocas, entre humedad, pequeños riachuelos filtrándose por viva vegetación, siendo aplastada por pasión desbordada en un intento desesperado por escapar de la realidad. 

Sentía sus dedos presionar mis vértebras contra el suelo, su frente contra la mía, mis piernas alrededor de su cadera mientras con cada embestida la realidad cobraba sentido, y a su vez desaparecía. Quería desaparecer, reducirme a cenizas y nunca volver, y contemplar cómo esta plenitud monopolizaba mi última sensación, pues el mundo palidecía cuando sus huesos rozaban contra los míos, cuando su aliento golpeaba contra mi rostro, cuando su mirada se ensanchaba en la mía. 

Y por primera vez contemplé la posibilidad de haber enloquecido. 

Enterré mis dientes contra su clavícula, hundiendo mis dedos contra su espalda mientras sentía el orgasmo bullir como bálsamo de vida de mis entrañas, locura me invadía, él me invadía, y dios, sí que amaba esto…  

Y de la nada un miedo irracional surgió como el rey de tal séquito de emociones, pues temí amar esto más que al sabor de las cenizas… y la gran diferencia entre ambas cosas era que, la muerte estaría siempre predispuesta a mi voluntad; pero él… él era tan errático como la posibilidad de un final feliz. 

Gruñó contra mi cuello, sintiéndole desbordarse en mi interior, llenarme de él y líquido cálido que dejó un rastro mientras se alejaba, sintiéndole entre mis piernas, corriendo hacia el suelo curtido en cenizas. 

Le alejé, me alejé tan rápido como pude deslizándome fuera de su agarre, acomodando mi ropa, no molestándome en limpiar los fluidos que surgían incómodos del encuentro. 

Me observó curioso por mi repentino alejar, entreabrió su boca probablemente para preguntar, pero tras un fugaz vacío en su mirada decidió cerrarlos de nuevo. 

“Tengo mucho que hacer, el humano debió matar a alguien, eso ralentizará en breve mi caza” debía buscar aquel impulso, borrar este que aún hacía de mi pecho un frenesí sin sentido… sin sentido, nada aquí tenía sentido, ¿Por que temer?. ¿Temer? ¿Temía?, claro que lo hacía… 

Cuánto añoraba romper el ciclo, cuánto añoraba destrozar la monotonía y liberarme de los códigos que predisponían el mundo para mí… Cuánto añoraba la libertad; y aún así, cuando algo tan similar al sentir de esa ruptura de una realidad pintada en bucles se presentaba frente a mí… Temía; no a la ruptura, sino al desenlace irremediable de la misma; temía que la ruptura no fuese más que un código más, un sesgo irreal de todo este retorcido juego, una falacia predispuesta por alguna entidad mayor para mi mera tortura. Y es que no había peor tortura que recobrar siquiera una pizca de esperanza, para luego ver cómo se diluye entre falanges como cenizas moribundas. 

Me observó en silencio. 

“Bien” murmuró arreglando su abrigo, poniéndose de pie “¿Necesitas ayuda?” negué casi de inmediato, retrocediendo  unos cuantos pasos, esbozando una sonrisa tan falsa como esta realidad. 

“No. ¿Hasta la próxima?” entornó sus cuencas suspicaz, reticente. Solo guardó silencio antes de responder. 

“Hasta la próxima” 

Y desapareció frente a mis cuencas como el espejismo que deseé que fuera… 

Mi respiración huyó entonces, y este nostálgico vacío corrió por mi pecho, como uno de esos recuerdos que no deseaba que volvieran a mi cabeza. No… no no no… 

Scream for me [Horrordust] [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora