Scream for me [Horrordust] [+18]

BAD GUY

En medio de oscuridad, lo único distinguible era el sonido del chocar de mis falanges contra la madera.

Un, dos, tres... tap, tap, tap...

Algún aullido resonaba lejano, terminando con este rasgar de voz, como algo que busca aterrar, pero que se desmiente en un último alarido de dolor propio. Como la esencia misma de este aburrido lugar sumido en... no lo sé, falsa intimidación; pero a fin de cuentas no era más que una bestia arrinconada y herida, mostrando sus colmillos en última instancia, para morir por descomposición, y no llano salvajismo.

Lento, doloroso pero... con un mayor lapso de tiempo; parecía mejor que, subito, corto y... no necesariamente sin dolor, pero al menos no con uno extendido.

Mientras al menos una última célula mantuviese cierto estado de cordura... todo lo demás podría sobrevivir un poco más.

A veces no entendía cuál era el punto de extenderlo todo, muchas cosas habían perdido sentido a lo largo del tiempo, excepto este básico instinto de autopreservación. Casi odiaba el hecho de que eso se mantuviese intacto, a pesar de que lo demás ya se había descompuesto para este punto en meras piezas retorcidas de un ser, trastornadas y trucadas, para dar como resultado solo bestias cuya razón ya consumida, vagaba como alma en pena en busca de algo con que hacer su corazón latir una vez más.

Abrí mis cuencas para enterrar mis dedos en la que había dejado de funcionar desde... desde hacía años. Divisé entre muertos árboles cadáveres colgantes, ladeandose ante una brisa inexistente con rostros rasgados, con piel quemada por el hielo, fuego... degollados, piel completamente ausente, sangre ya desbordada en blanca nieve.

Introduje con mayor ahínco las falanges en mi cuenca, dolor corriendo por mi cráneo desde la herida hasta vértebras cervicales; ansiedad bullía de mi pecho en desespero, y casi por instinto desee palpar mi hacha una vez más.

No había probado carne humana desde... desde que el otro Sans había venido a cenar. Aquello era, debía admitir, bastante significativo.

Cerré de nuevo mis cuencas y sueño me abordó.

Las hambrunas tendían a hacer cosas terribles; se habían ganado guerras solo cortando suministros a ejércitos enteros, se habían subyugado naciones cortando tratados de intercambio, congelando sus procesos de producción...

A veces me preguntaba cuánto tiempo nos quedaba, cuando se agotaría la magia, cuando la bestia que muestra sus colmillos simplemente se rendiría ante la necrosis, ante la gangrena...

A veces me horrorizaba la simple concepción de ese punto literalmente muerto; en otras... casi lo añoraba.

Y sabía que aún dormía para cuando desperté. Deseaba un paisaje completamente diferente al mío al hacerlo, estos constantes viajes ya habían adquirido la calidad de necesidad desafortunadamente.

No había pavimento debajo de mí, ni el sonido de una urbanidad en su apogeo, ni él a mi lado...

Dejé ir un largo suspiro sin el ánimo de levantarme de mi lugar, mientras el sonido lejano de infinitas cascadas resonaba entre paredes llenas de vida y luminiscencia, como si cada piedra contuviese una galaxia entera...

Todo era tan vivo aquí, tan nuevo y revitalizado; el ambiente rebosaba de magia, y aún cuando algún grito lejano resonaba como una sentencia de su propia muerte, la ausencia de señales físicas de... de la muerte misma hacía de ello no más que alguna clase de eco mal formado, como esos sonidos distantes que parece llevarse el viento en su misma irrealidad.

Sonreí en breve por la ausencia de este aroma a descomposición, por un breve descanso de mi propia realidad... justo antes de sentir algo venir, magia acercándose peligrosa. Esquivé casi por instinto, para detallar una larga lanza ahora clavada en el lugar donde antes había estado acostado.