1

106 15 4
                                    

Es un comienzo...












Te contaré una breve historia. No es el comienzo de todo pero hace parte de mi cambio a lo que un día perdí.
Aún así, haya sido o no casualidad... fue parte para volver, a lo que un día dije adiós hace años atrás.

1 año y seis meses atrás.

Estoy súper mal ¡Maldita sea! No justo esto, hoy es el cuarto semestre del primer dia en la Universidad y no quiero faltar. No quería comenzar el semestre así.

Con pereza y malestar me levanto de la cama y me doy una ducha, aunque las náuseas que tengo desde antier no me abandonan... Solo quiero mi camita.

Salgo de la ducha y me visto con lo primero que veo.
Voy directo hacia la puerta no sin antes tomar un poco de agua y una pastilla para el malestar.

— Ojalá y no me de fiebre— digo esto mientras salgo del apartamento.

(...)

Llego a la universidad un poco desanimada pero no tengo opción y decido mejor entrar.

Voy llegando a mi primera clase y me hundo en ella, prestando atención a lo que dictan...

— Aline, ¿Que tienes? ¿A caso no te viste en un espejo?——Pregunta mi amiga Bonnie.

—No, no estuve de ánimos para verme en un espejo, Bonnie... Además, ¿Que importa como me veo? No sé tú cómo le haces siempre para andar toda maquillada —volteo para mirarla y señalar su rostro—A mi ni tiempo me da para hacer eso—hago un mohín respecto a lo que dije sobre el maquillaje.

Bueno... pero aún así, estás pálida Aline ¿Acaso no has comido?

Ahora que lo recuerdo, no, desde anoche no tengo apetito.

—No, la verdad que no.

Respondo sin importancia.

— Ay mujer. Cuando salgamos de aquí, vamos a la cafetería para que llenes esa pansa y te maquilles aunque sea un poco. No me gusta verte así. —dice un poco preocupada por mi aspecto.

Bueno, al menos no sabe que estoy un poco enferma. O si no se me hubiera regañado por haber venido así.

Esta bien...

(...)

— No, Bonnie. Es que en serio no tengo nada de hambre. Solo veo eso y ni de me dan ganas de dar un bocado.

Anda come. A tu novio no le gustara verte así toda paliducha.

¿Pero que tiene si me ve así o no? Me ha visto peor... ademas no hago eso por él, por favor.

— Vale, perdona. Pero aún así, come o agarrarás alguna enfermedad por no comer.

Y sin mas remedio como, aunque solo poco...

(...)

¿Ya has terminado?

Cuando probé el cuarto bocado de la ensalada de frutas no aguante más y aquí estoy en el baño, devolviendo casi todo.

—Ya, ya...

— ¿Desde cuando te sientes así? ¿Eh?

No se, desde antier, creo.—respondo sin más preámbulos.

LA PROMESA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora