Carnívoro「Meanie|Omegaverse」

Capítulo 9; Jaehyun

— ¿Enserio necesitas irte, Wonwoo? Acabas de salir del hospital, no creo que esa sea una buena idea —

El pelinegro asiente a la pregunta de su madre, metiendo varias de sus prendas en la pequeña maleta de viaje y en una bolsa, con algo de dificultad al sentir ligeros piquetes que le hacían difícil inclinar su cuerpo o agacharse.

— No sé cuánto durará el proyecto escolar. Pueden ser semanas o meses, es algo que me ayudará con todo lo respecto a mi calificación, así que no puedo dejarlo pasar —se encoje de hombros y voltea a mirarla con profundo cariño, olfateando en el aire la preocupación que las feromonas de la omega desprendían —. Me estaré quedando en casa de un amigo. De hecho es mi compañero de trabajo —hace una mueca, rascando su nuca. Mentir nunca había ido su fuerte, pero ese día lo estaba haciendo increíblemente bien—, no te preocupes, mamá, no me pasará nada y estaré constantemente en contacto contigo y papá.

— ¿Puedo ir a visitarte tan siquiera? Me gustaría saber cómo se encuentra mi hijo fuera de casa —

Niega. — No creo que sea buena idea, estaré gran parte del tiempo en la universidad y la otra parte inmerso en los trabajos acumulados durante el tiempo que estuve fuera —

— ¿Al menos puedo saber quién es ese amigo con el que te vas? ¿es aquel carnívoro que te atendió en el hospital como tu doctor? —

— No lo conoces, pero puedo darte su número de celular —se muerde el labio, su cerebro estaba trabajando más rápido que de costumbre—. Y en cuanto a Mingyu, él es del área de medicina, hace su servicio en aquel hospital como un pasante común y corriente. No es peligroso aunque lo aparente.

Para su sorpresa su madre quita su gesto de preocupación y lo cambia por una suave sonrisa que él interpreta como algo misteriosa.

— Lo sé, puedo notar que no lo es, si ese fuera el caso él no estudiaría medicina y tampoco te hubiera auxiliado —

Carraspea la garganta, tomando la bolsa y colgándosela en el hombro, a la par que con una de sus manos se aferra a la maleta con pequeñas ruedas, acercándose a su madre y dándole un fuerte abrazo con su brazo libre.

— Prometo mandarte el número de mi compañero, sé que esto es repentino pero no tengo otra opción —dice con sinceridad, escondiendo la verdad detrás de aquellas palabras—. Solo espero que no sea por mucho, vendré a verlos cada vez que pueda y te mandaré fotos.

— No te olvides de llamarme incluso cuando te vayas a dormir y vayas a comer —

— Mamá... —

— Y si te enfermas también llámame, iré corriendo hacia ti —la escucha sollozar y no puede hacer más que apretar los labios intentando retener las ganas de deshacer todo su equipaje y quedarse ahí —. Nunca has pasado más de una noche fuera de casa, ¿es así como se siente que los hijos se vayan a la universidad y empiecen a hacer sus vidas?

Suelta una risa. A pesar de la tensa situación con su madre, ella conservaba ese poco dramatismo que la caracterizaba.

— No lo sé, no tengo hijos —

Ella lo separa, tomándolo de su rostro y observándolo directo a los ojos. — Es mejor que te vayas ahora, no quiero, pero tampoco me permitiré retrasarte, solo recuerda que aún estás lastimado y necesitas cuidarte esa herida. Los puntos te los quitarán en una semana más, no te desveles tanto, si llueve lleva un paraguas, si hace mucho calor ponte bloqueador y si hace frío te colocas el suéter, ¿de acuerdo? —asiente con una sonrisa, besando la tersa mejilla de su progenitora. Ella le palmea la espalda—, llámame cuando estés en la casa de tu amigo.