Capítulo 10; Convivencia

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La sensación de aquel calor hundiendo su cuerpo en un mar de dudas, sobre lo que aquello había sido y a qué se debía o qué lo había ocasionado, no se comparaba a la inquietud que la palabra “mamá” le había hecho pasar.

Jaehyun no paraba de llorar desde la cama y él no podía pararse debido a que sus piernas estaban debilitadas y sus músculos se habían dignado a no responder ante las órdenes de su cerebro, era algo ante lo que no se podía imponer.
No era de extrañar que unos dos minutos después Mingyu entrara a su habitación emanando aquel fuerte olor que, por primera vez en el tiempo que llevaban de conocerse, había ocasionado que se volviese a sentir mareado y lo único a lo que pudiese aferrarse fuese el frío piso de madera.

— ¿Qué ha pasado, Wonwoo? ¿estás bien? —pregunta Jun, Mingyu sostiene a Jaehyun en sus brazos y lo mira desde su posición. Quiere reír de lo tierno que el menor se ve meciendo a su cachorro de arriba a abajo, pero sus ánimos no estaban para eso.

— Solo un simple mareo que me hizo caer al piso —miente—, Jaehyun se ha asustado por eso, pero no es nada grave.

Mingyu frunce su entrecejo. — ¿Nada grave? Te hizo caer al piso y aún no puedes levantarte.

Suspira con cansancio y otorga la razón al más alto.
Jun le ayuda a pararse al levantarlo de uno brazos y él al apoyarse en el buró en el que minutos antes había estado Jaehyun al intentar tocar la exótica lámpara de gel.
Siente sus piernas como si fuesen gelatinas, pero por suerte habían logrado mantenerlo firme en su lugar, relamiendo sus labios y mirando a los dos alfas con una sonrisa nerviosa, deladeada.

— Se me pasará si me dejan descansar —extiende sus brazos hacia el pequeño, hermoso bebé llorón en brazos de su progenitor—. Dámelo, voy a intentar calmarlo.

— ¿Seguro que puedes hacerlo? Aún sigues temblando ligeramente de las piernas, si lo cargas en esa posición puede que ambos terminen en el suelo —

Rueda los ojos, con pasos lentos, pero seguros, se encamina a la cama y con lentitud toma asiento en la orilla de la misma, volviendo a extender los brazos hacia el menor y tensando la mandíbula cuando éste le mira de pies a cabeza.

— Estoy bien, Mingyu —

— ¿Seguro? —

Asiente. — Sí, seguro —

Mingyu parece dudar pero no se inmuta ante ello, le extiende al bebé haciendo una mueca con su boca que puede interpretar como la afamada frustración paterna, aquella que se daba cuando su pequeño bebé lo seguía rechazando constantemente. No significaba que Jae no lo quisiera, sino que su aroma era demasiado agresivo para él, incluso para si mismo, así que Mingyu debía de aprender a aminorarlo si quería que su cachorro se aferrara a sus brazos y no a los suyos.

— Eres un lindo bebé llorón —exclama, sintiendo su corazón hacerse pequeño cuando el cachorro se aferra de nueva cuenta a su playera y llora desconsolado en su hombro, mientras acaricia su espalda en su vano intento de controlarlo de a poco, desprendiendo un poco de sus feromonas con la esperanza de que funcionen.

El par de carnívoros lanzan un gran suspiro de derrota. Jaehyun no se dejaría con ninguno de ellos dos hasta que su aroma no le hostigara, es normal. Pero lo que no fue, y causó la sorpresa de todos, se debió al hecho de la humedad de ciertos labios sobre su mejilla, haciendo que sus ojos se ampliaran ante ello.

El cachorro lo había besado aún y con sus hipidos de por medio, volviendo a esconder su pequeña cara en cuanto se percató de lo que hizo. El beta no pudo hacer más que limitarse a sonreír con ternura.

Se sentía... como un padre orgulloso de su bebé.

— Estamos jodidos —oye a Jun decir a lo lejos, saliendo de la habitación seguido por el más alto.

Carnívoro「Meanie|Omegaverse」Where stories live. Discover now