Capítulo 12; Aceptación

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Aquel “Mingyu, por favor, no te vayas” le había sonado tan familiar que le había calado los huesos hasta el punto de llegar a estremecerle y hacer sentir agitado a su corazón. Se preguntaba en dónde es que lo había escuchado antes y porqué un sentimiento de nostalgia le invadía como un torbellino de dudas sin respuesta alguna.

Había llevado al mayor lo más rápido que pudo hacia el hospital más cercano, esperando a que no fuese demasiado tarde para lograr tratarlo, pero por suerte no había sido así, había llegado a tiempo.
Wonwoo presentaba un cuadro de deshidratación y fiebre alta, sin aparente explicación alguna; estaba bien y no tenía alguna infección bacteriana que pudiese provocarle todos aquellos síntomas, desde los murmuros sin razón hasta los ligeros temblores que su cuerpo emitía con cada roce, como cuando lo cargó hacia una de las camillas.
El pelinegro no dejó de temblar y refregarse contra él, como si se tratase de un omega en celo en vez de un beta común y corriente.

Sin embargo, les habían dicho que debían de hacer más exámenes de rutina para descartar algún problema que se les pase por alto y pudiese ser la causa del estado del mayor, eso, como médico, se lo sabía muy bien, así que no se negó. Era por esa misma razón que todos habían decidido esperar a por ellos.

Pero ahora llevaban tres horas en ese lugar y los nervios, junto a la impaciencia, empezaban a invadir a cada uno de los presentes, incluyéndole.

— Ya, ya, Jae, mamá estará bien, ya no llores —

Desvía la mirada hacia Jun, quien se mece de un lado a otro buscando calmar a su pequeño hijo quien no paraba de llorar, dándole palmaditas en la espalda y cantando una suave nana; sin duda el otro carnívoro parecía, a comparación suya, más como un padre.

Suelta un suspiro de frustración y recuerda que Wonwoo, días antes, le había explicado que para poder tener a Jaehyun entre sus brazos era necesario que aminorara sus feromonas dejando de lado los pensamientos negativos y reemplazándolos por los positivos, justo como había estado intentándolo toda aquella mañana antes de que Wonwoo perdiera el conocimiento.

Incluso podría decir que estaba más que listo para cargar a Jaehyun, pero los nervios le estaban ganando, no era tan fácil como se le ilustraba en su mente. El único recuerdo positivo, más que todos los demás, era cuando Jae por fin estuvo entre sus brazos después de tantos años, y no sabía siquiera si aquello sería lo suficientemente fuerte como para controlar su aroma hacia alguien tan delicado como lo era su cachorro.
Y es que el mayor se lo hizo ver tan fácil que creyó que podría manejarlo, pero tampoco es como si fuese un imposible.

— Deja de darle tantas vueltas, no seas un gallina. ¿Acaso hace unas horas no te jactabas de que eras su padre? Deberías demostrarlo —dice Minho, mirándolo desde una de las paredes con un seña de repudio, tan intranquilo como él y Jun lo estaban—. No deberías hacer de Jun una niñera, y ni se diga de Wonwoo, debes de aprender a controlar las emociones de tu cachorro.

— ¡Eso es lo que digo! —Jun exclama, recibiendo de él una filosa mirada de advertencia y desaprobación, haciéndolo callar—. Solo decía, me encanta cuidar de tu cachorro, Min, es tan tú...

Bufa, maldiciendo la hora en la que el mayor de todos había decidido seguir su auto hasta donde actualmente estaban y meter sisaña con su otro compañero carnívoro. Minho era una estúpida piedra en su zapato.

Agita su cabeza. No, no debía tener pensamientos tan directos y despectivos, Jaehyun necesitaba que se encontrara bajo control para poder cargarle.

— He estado ensayando mucho para esto, no porque necesite de una niñera para cuidarlo, sino porque yo no podía hacerlo sin que me rechazara —se levanta al fin decidido, caminando hacia donde el chino está, extendiendo sus brazos y sonriendo cuando nota que la supresión de aroma empezaba a funcionar y por simple reacción Jaehyun impulsa su cuerpo hacia donde está, pidiendo que también lo cargara, ¿por qué se le había hecho han difícil hacer algo tan sencillo como acercarse a su hijo? Ni él lo sabía. Pero el alfa no se niega a tomarlo entre sus brazos, dejando que su hijo se aferrara a su camisa y se restregara en busca de consuelo paterno, haciendo un puchero con sus pequeños labios. Quiere reír de la felicidad que le invade cada parte de su cuerpo, quiere besar toda la cara que posee su ángel, quiere apretar en un fuerte abrazo todo el cuerpo de su hijo, pero se contiene. Ahora que por fin el pequeño carnívoro estaba cómodo en su regazo lo que menos deseaba era espantarlo con su pronto derroche de muestras de afecto—. Shhh, calma, papá está aquí mi pequeño Jaehyun. ¿Te sientes triste? ¿quieres ver a mami Wonwoo?

Carnívoro「Meanie|Omegaverse」Where stories live. Discover now