Capítulo 36

10.9K 461 62
                                    


Su cuerpo se inclina hacia mi quedando enfrente mia. Nuestras miradas se cruzan y sus ojos están sobre mi, mirándome fijamente.

—Tu hermano estará buscándote y llamándote.
–dice mirándome fijamente.

Mi mirada viaja hacia su mano, todavía sigue ahí puesta encima de mi muslo. No se ha movido desde hace un minuto, y por como está, creo que no va a moverla en un buen rato. Pero sinceramente, no me molesta en lo absoluto.

El dorso de su mano está tatuada.
Tiene un par de rosas, una frase y tres estrellas negras. Me gustaría saber que significan cada uno de sus tatuajes, porque sé, que deben de tener una historia cada uno de ellos.

—No me importa –murmuro– aún estoy enfadada con él, igualmente él se irá con alguna chica. No va a estar en casa esperando a que vuelva, pensará que estoy con Alissa.

Brayden solo asiente con su cabeza.

—Te matará como se entere que estas conmigo otra vez.
–dice tras una carcajada.

—Puede ser, pero no tiene por qué enterarse, además, ¿que hay de malo en eso? Somos amigos.

Sus labios se cierran en una perfecta línea, su ceño como ya de costumbre se frunce y mira hacia algún punto hasta que devuelve la mirada hacia mi.

—No. No soy una persona normal con una vida normal como cualquier chaval de veintidós años. Y entiendo que Marlon no quiera que esté cerca tuyo, yo tampoco dejaría que mi hermana pequeña se vaya con tios que no merecen la pena y que son peligrosos.

No entiendo por qué todo el mundo dice que él es peligroso, y quiero descubrirlo. Me gustaría saber en qué trabaja o el por qué dicen que es peligroso, incluso él mismo se lo dice.

—¿Pero por qué dices que eres peligroso? ¿Eres mafioso, narcotráficante o algo parecido a eso?
–respondo riendo.

—Supongo –dice alzando los hombros– no, es coña. Pero no hago cosas limpias, y me va la agresividad. Nada bueno. –dice riendo.

—¿Por qué todo el mundo dice que eres peligroso ?

Él desvía la mirada y alza los hombros dejándolos caer.

—Siempre he estado metido en mierdas ilegales. Me han detenido varias veces, me he metido en peleas a golpes duros y he hecho bastantes cosas de las que no estoy orgulloso.

Me gusta que esté siendo bastante sincero conmigo, me lo esperaba más cortante y que no me iba a contar estas cosas.
Tampoco es que me haya contado algo super grande de su vida, pero para mi esto significa bastante. Él no parece –y no es– el típico chico que cuenta sus cosas a personas así por que le dá la real gana. Y lo aprecio.

No me de buena espina lo que está contando.
Por que, a nadie creo yo, le gustaría estar con alguien que está metido en cosas fuertes como detenciones, peleas, y otras cosas que no me ha contado aún.
Pero al fondo del todo, sé que seguramente será buena persona. A pesar de todas las capas que lleva encima ocultándose a las demás personas.

—Bueno, pero supongo que eso no define si eres buena persona o una mierda de persona, ¿no?
–pregunto.

—En mi caso, sí. Soy un cabrón y yo mismo me lo digo, pero me da igual ser así.
–dice encogiéndose de hombros.

—No creo que seas tan mala persona. Simplemente te cierras en tu burbuja y tras tu mil capas que llevas encima, porque temes a que te hagan daño.
–digo murmurante alzando un hombro.

Entre el cielo y el desastre Where stories live. Discover now