Cap. 17: Muere

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Salí de la casa para pensar en lo que Rozzel había dicho. Aún no lo procesa a bien del todo, era algo un poco repentino por no decí que era demasiado.

¿Cómo es posible que yo pueda ser ese cazador? Había escuchado de esa profecía pero, jamás creí que yo sería parte de ella y menos que yo la llevaría a cabo; hay cazadores mejores que yo en cualquier aspecto, más rápidos, más fuertes, más ágiles y pudientes, tienen más experiencia y conocimiento.

Una vez escuché decir que Will sería el escogido y a pesar de su inmadurez lo creí también; aunque varios, o mejor dicho, la mayoría dudaba de eso por obvias razones pero cualquier cosa puede pasar.

Será mejor no sacar conclusiones apresuradas, probablemente se equivocaron y es todo un malentendido.

Desearía que así fuera.

[...]

Me detuve después de un buen rato de estar caminando y me estiré, mi rostro quedó iluminado por un pequeño y cálido rayo de sol que se abría paso entre las ramas de los inmensos árboles.

Me erguí nuevamente al sentir una presencia desconocida tras de mí, vi por encima de mi hombro, incliné un poco mi espalda hacia atrás sin moverme de mi lugar cuando un cuchillo se acercó a mi rostro, quedando enterrado en el tronco de un árbol.

El cuchillo pertenecía a la mujer pelirroja frente a mí, parecía un ángel sin duda pero no era más que una bruja desterrada del reino anormal, sólo los desterrados atacan a cualquiera que se les ponga enfrente.

Al igual que yo ella también se irguió y me habló directamente.

-- Eres más rápida de lo que pensé -- me examinó minuciosamente con la mirada dando pasos lentos a mi alrededor.

-- ¿Y eres? -- levanté una ceja en espera de su respuesta.

-- Eso no importa.

-- ¿Y por qué no? Fuiste quien me atacó, ¿no crees que tengo derecho a saber?

-- ¡ no tienes derecho a nada! -- su sonrisa había desaparecido de un segundo a otro, con un manejo así de expresiones le iría bien siendo actriz -- ¡Voy a hacerte pagar por los errores de tu familia! -- exclamó entre dientes.

Sus ojos se volvieron completamente negros y de éstos también salían unas pequeñas venas alrededor.

La tierra a mis lados se abrió y de esas grietas salieron cosas como tentáculos intentando atraparme, saqué mi daga y logré varios de esos pero era inútil, se regeneraban y salían más de abajo.

Por eso me disgustaban las brujas, especialmente las desterradas, siempre usaban trucos sucios para lograr lo que sea y a cualquier precio.

Me tomaron de todos lados inmovilizándome y obligando a mirarla a esos profundos ojos, sentía que todo mi cuerpo pesaba, una sonrisa malvada y maliciosa tomó posesión en su rostro, se acercó a mí sacando una daga.

-- ¿En dónde escondes la espada de Calixto? -- pasó la daga suavemente por mí mejilla hasta mi brazo.

-- Ni idea -- apenas y podía hablar.

-- En la situación en la que te encuentras no te conviene mentirme.

-- Mis padres no criaron a una mentirosa, ni siquiera sabía que nosotros la teníamos mucho menos sabría su paradero, y aunque lo supiera te diría lo mismo que estoy por decirte -- sentía que perdía el conocimiento de a poco, pensaba que mis huesos estaban por romperse debido a la presión del agarre de esas cosas en todo mi cuerpo, maldita tramposa -- Puedes irte muy al diablo, perra.

Con rabia clavó la daga en mi pecho por completo y sacó otra de plata.

-- ¡¿En dónde está?! -- gritó con ira y desesperación, sus emociones la controlaban a ella y ella a esas cosas escurridizas, por lo que ese desenfreno provocó que me apretaran con más fuerza rompiendo varios de mis huesos haciendo que estos se clavaran en mis entrañas.

Grité con todas mis fuerzas, sentía que mi garganta se desgarraría también.

La miré sintiendo mi cuerpo temblar acompañado de aquel inmenso y agudo dolor -- En el infierno, en donde perteneces -- estaba agonizando y sabía que nadie podría salvarme.

-- ¡Si yo no puedo tenerla entonces nadie más lo hará! -- lenta y dolorosamente la daga entraba en mi corazón y yo no podía hacer nada para detenerla.

Ya ni siquiera podía gritar o retorcerme del dolor, únicamente podía sentir todo aquello mientras mi vida pasaba frente a mis ojos y mis mejillas se mojaban por las lágrimas que inconsciente permitía salir.

No podría cumplir con mi propósito y muchas personas y seres inocentes morirían pronto por una guerra que no podía ser evitada. Sólo una pregunta llegó a mi mente en ese momento.

¿De verdad era yo la elegida?

Giró la daga y mi corazón se detuvo casi por completo, sacó ambas dagas y lo que me sostenía rompiendo casi todos mis huesos finalmente me soltó lo que hizo que cayera al suelo.

Veía como desaparecía después de darme una mirada llena de odio, mis latidos ya eran escazos y la luz que alumbraba mis ojos finalmente se apagó.

Para siempre.







💚
Publicado: 06/06/17
Editado: 14/01/22

Cazadora De MonstruosWhere stories live. Discover now