La Profesora De Matemáticas (Camren)

13. Confesiones

Camila

Estaba entre sus calidos brazos, inhalando el olor citrico de su perfume en combinación con la fragancia de su cabello sedoso,  por alguna extraña razón me sentia relajada y tranquila, con los ojos cerrados suspiré de alivió ya que el miedo a que se apartara del abrazo me había puesto completamente nerviosa, pero todo rastro de rechazo desapareció al sentir sus suaves labios en mi mejilla

Mi corazón latía tan fuerte que podría jurar que se me iba a salir de pecho, con movimientos torpes y las manos temblorosas aparté algunos mechones de cabello que caían por su rostro, mi respiración se agitó de nuevo cuando ella apretó el agarre de sus manos a mis costados haciendo que me sobre saltara, a pesar de que ella se alejo un poco el abrazo no se había roto y al parecer ninguna de las dos quería que eso pasará

Tuve el privilegio de ver un poco más cerca esos hermoso ojos verdes que sin duda me encantaban y fijarme en uno que otro detalle de su perfecto rostro, ella parecía embobada mirándome de la misma forma y por una fracción de segundo me sentí en el cielo cuando lo único que se escuchaba eran nuestras respiraciones

Había jurado por lo mas sagrado que Jauregui no me gustaba ni un poco, pero fracasé en el intento de desviar mis sentimientos, por que si, ya sentía mucho más que una simple atracción física por mi profesora de Matemáticas

Llevaba sólo una semana de clases este año y ya me había hecho perder la cabeza de manera y manera, sino era su cuerpo endemoniadamente sexy, era su postura autoritaria frente a la clase, tan imponente, tan sería, tan disciplinada, tan centrada, tan madura y tan diferente a lo que era yo y.... En momentos como este en el que eramos sólo ella y yo y donde ella podía llegar a ser dulce y delicada, mis muros se derribaban dejando a la inmadura y malcriada Camila expuesta y dejando que mi actuar emocional manejará todo por mi

Bajé lentamente la mirada a sus labios y la vi tragar un poco

- Camila - Susurró, su voz ronca era otra de las cosas que encantaba de ella

- ¿Si? - Pregunté en el mismo tono sin apartar la mirada de sus labios que fueron humedecidos ligeramente con su propia lengua

- No me mates por esto - Dijo a penas por encima de un susurro, poniendo una de sus manos en mi mejilla y acercándose ligeramente mientras sus ojos se cerraban al igual que los míos

No supe el momento exacto en el que nuestros labios por fin se unieron pero el contacto suave, sin prisa, dulce, incluso tierno, me estaba volviendo loca, moviendo nuestros labios en sintonia mientras mi corazón latía con una velocidad desmedida y suspirando una vez que ella se separo lentamente aún con los ojos cerrados

- Woow - Dijo abriendo los ojos y regalandome la sonrisa más encantadora que podía existir

Solté una risita tímida y baje la mirada, no me podía creer lo que acaba de pasar, era tan irreal y tan lindo como para que fuese verdad, hasta podía sentir las mariposas revoleteando en mi estomago

Me tomó suavemente de la barbilla y me levantó, al verla de nuevo y al comprobar que ella era real, una sonrisa de idiota se dibujó en mi rostro, ella me devolvió la sonrisa y me sonrojé

- No me mires así - Desvíe la mirada y traté de ocultar lo apenada que estaba

- ¿Cómo? - Preguntó divertida, pero no respondí - Eres hermosa - Dijo con una sinceridad increíble - Tu... Me gustas mucho Camila

La miré completamente sorprendida sin poder creer lo que me estaba confesando, pude ver algo de ansiedad en sus ojos por escuchar mi respuesta y supe que era el momento para hacerlo

- Tu también me gustas, Señorita... - Me quedé en silencio y quise golpearme a mi misma ¿Cómo es que aún no sabia su nombre?

- Lauren - Dijo más tranquila - Lauren Jauregui - Suspiró - Creo que ya deberíamos irnos, tu brazo esta curado y el conserje vendrá pronto a revisar que todas las puertas estén cerradas - Me tomó de la cintura y me ayudó a bajar de la camilla, quedé frente a ella, casi tan cerca como lo habíamos estado antes