32. Tuya

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Lauren

- Lo siento - Subí mis manos, habían bajado un poco por sus muslos, no me había percatado de aquello - Yo no quise - Me besó de nuevo y lentamente nos recostamos en el sofá

- ¿Recuerdas esa vez en mi casa que preguntaste si yo quería que tu fueras la primera? -  Asentí, me puse muy nerviosa, no sabía por qué estaba preguntando eso - Realmente quiero que lo seas Lern - Tomó mis manos y las llevó hasta el borde de su camiseta - Se la primera... Y la última - Me besé de nuevo - Por favor - Susurró en mi oído, produciendo que todos los bellos de mi cuerpo se erizaran...

Cerré los ojos y me deje llevar por el beso húmedo y caliente que estábamos compartiendo, sin aún procesar la magnitud de las palabras que me había dicho hacía solo unos segundos, me permití jadear contra sus labios cuándo una de sus manos hizo un poco más presión desde la parte de atrás de mi cuello y aún más cuando su lengua entró en mi boca. Rocé mi lengua con la suya y me permití a mi misma, bajar mis manos a sus muslos y acomodarme entre ellos para poder tocar mejor su hermoso e inocente cuerpo

- ¿Estás-estas segura? - Logré preguntar en medio del beso, mis manos seguían en su cintura, inmóviles hasta que respondiera. Solo asintió y continuó besándome como solo ella sabía hacerlo

Solo una vez habíamos tenido esta conversación y por supuesto que sabía la respuesta a mi pregunta, pero las pocas ocasiones donde la temperatura subía repentinamente, era yo quien paraba o bajaba el ritmo de los besos o las caricias... Camila simplemente... Me ponía muy nerviosa en ese tipo de situaciones

Tal vez era el hecho de querer esperar el momento apropiado y hacer de esto un lindo recuerdo, después de todo, era su primera vez y como en todas las ocasiones en las que se hace el amor o se tiene sexo casual con una chica, debía ser agradable, sexy y cuidadosa... En especial cuidadosa y en este caso, amorosa

Por que la amaba, eso lo tenía claro y era algo que no podía negar

Me sentí tentada a deslizar solo un poco su camiseta hacia arriba y tocar la suave piel morena que tenía mi chica, no lo hice hasta que habló contra mis labios

- No puedo imaginar a alguien más que no seas tú tocando o besando mi cuerpo - Mi ritmo cardíaco estaba por las nubes, sus mejillas sonrojadas y sus labios hinchados me hicieron perder el control o la poca compostura que me quedaba - Confío en tí, mi amor - Mordió mi labio inferior, podría jurar que mis bragas ya eran un desastre solo con ver sus pupilas dilatadas tan cerca - Y eres la personas que más quiero sobre este mundo - Bajé mis besos a su cuello - Hazme el amor, Lern... - Jadeó contra mi oído, me tomo suavemente del cabello y me dirigió a sus labios - Por favor - Susurró contra ellos

Me separé solo un poco para apreciar su hermoso rostro sonrojado y me levanté, extendí mi mano para que la tomara y entre besos mucho más calientes, caminamos a mi habitación

Nos recostamos sobre el colchón y rápidamente Camila me guío sobre su tierno cuerpo, una vez más separé levemente sus muslos para acomodarme allí

Quería besar cada milímetro de su piel, quería llevarla a las estrellas con mis caricias y mis toques, quería hacerla mía y que ella fuera mía. Necesitaba que fuera mía y mucho más, necesitaba ser suya, aunque ya lo era, siempre lo había sido, desde el primer momento en que mis ojos la vieron sonriendo en el fondo del salón número 27

Mi respiración era pesada, a mis manos les costaba cada vez mas trabajo mantenerse quietas o ir lento, pero logré controlarlas un poco

La Profesora De Matemáticas (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora