Capítulo 7.

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Sus amigas no paraban de ver a aquél chico que la castaña odiaba tanto.

—¡Ya dejen de ver a ese idiota! —dijo notablemente enojada.

—Oh, vamos; es demasiado atractivo para no hacerlo —contestó Lisa, una de sus mejores amigas.

—Sólo es un idiota más, un popular que se siente mejor que los demás —golpeó la mesa con brusquedad, tomó sus cosas y salió de aquella sala.

Ni siquiera sabía por qué lo odiaba tanto, y mucho menos por qué le molestaba tanto que sus amigas babearan por él, así como todas las demás.

—¿Cuándo piensas hablarle? —le preguntó Ashley, el único de todos sus amigos que sabía de su enamoramiento a la chica de hermosas camisetas de bandas.

—No lo sé, el día que no me tiemblen las manos y no me flanqueen las piernas cuando estoy cerca de ella —habló Andy, viendo cómo la castaña abandonaba la cafetería hecha una furia. Purdy posó su mano en el hombro del ojiazul en modo de apoyo; éste le dio una sonrisa correspondida y se integró a la plática de sus amigos.

El chico de las cartas. •[Andy Biersack]•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora