Capítulo 40.

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Cinco años atrás.

Mi vista fija sólo una una cosa, en sólo una persona, en él. Andrew Biersack.
Con tan solo doce años, ese chico ya era increíblemente hermoso, sus perfectos ojos azules, su piel blanca, su cabello castaño obscuro.

Primeros días de clases en Middle School, séptimo grado; él se sentó indudablemente con los populares. »Alerta de chico egocéntrico« fue mi primer pensamiento sobre él, pero las apariencias engañan ¿no es así?, fue una lástima que tardara cinco años de mi vida en descubrirlo.

Actualmente.

—¿Dónde demonios estás, Andy?, sólo quiero hablar. ¡Vamos!, no puedes esconderte de mí para toda la vida —gritaba desesperadamente, el muy idiota había desaparecido sin dejar un maldito rastro, un suspiro cansino invadió mi boca. Caminé al fondo del corredor, mi última esperanza era el salón de historia.

Cinco años atrás.

Nadie es perfecto, ¿cierto?
Todo y todos tenemos un desperfecto que opaca todo lo bueno a nuestro alrededor. Él sabía el efecto que tenía sobre las chicas —y el idiota lo sigue teniendo—, yo sabía abiertamente que él sería un tipo de playboy o algo, y no me equivoqué. Pero nunca pasó por mi mente que él quisiera llamar mi atención.

Actualmente.

—¿Estás aquí? —pregunté, abriendo la puerta. Honestamente no creía que lo hiciera, ¿por qué carajo estaría escondido en el salón de la única maestra que lo odia?, pero una sensación me decía que lo buscara, de algo serviría.

—¿Qué carajo? —una voz masculina me sobresaltó, mi corazón palpitaba alegre, claramente no todo es como lo esperábamos, pero esto era mejor que nada—. ¿Qué haces aquí, Roggers? —habló, su tono frío me causó una sensación de nerviosismo, sin duda él sabía algo que me serviría.

—Maldita sea —hablé poniendo una mano en mi pecho, no era un secreto para ninguno que me había asustado su repentina voz—. Dime dónde está.

—¿Por qué lo haría?

—Yo hice la pregunta primero.

—Me importa un carajo, ¿Por qué quieres saber dónde está? —sonrió de lado.

—¡Yo hice la maldita pregunta primero! —respondí, pero no cambió su semblante serio—, sabes la respuesta a la tuya —hablé encarándolo, pero sin ninguna respuesta—. Vamos, Ashley. Sólo dime dónde demonios está Andy —pedí lo más amable posible.

—No, hasta que me digas la respuesta. ¿Por qué quieres saber dónde está? ¿Quieres lastimarlo más de lo que ya lo hiciste?

Cuatro años atrás.

Compartía una clase con él, Lengua. Mi corazón se aceleró inmediatamente al verlo entrar al aula rodeado de chicas, su mirada cruzó con la mía, y me sonrió. Una sensación extraña apareció en la boca de mi estómago; bufé y rodé los ojos.

—¿Qué fue eso? —preguntó la chica a mi lado—. Acabas de ignorar a Andy Biersack ¡Andy Biersack!

—¿Qué tiene? —pregunté sin interés.

—Es el chico más guapo que he visto en mis trece años de vida.

La volteé a ver y arqueé una ceja.

—Es un idiota, apuesto a que saldremos de la preparatoria y él ya habrá ligado con toda la población femenina.

—A mí no me importaría ligar con él —sonrió—, soy Daylin.

—Lo evitaré a toda costa. Soy _______.

Era de esperarse, como dije, que evitaría a toda costa su presencia y arrogancia. En cada oportunidad que tenía, lo despreciaba y hacía de menos, pero él no desistía de acercarse a mí por lo menos para molestarme con su presencia, jamás me di cuenta de que por más que lo insultara él hacía lo mismo, y todo lo que le decía, lo lastimaba de verdad.

Actualmente.

—¡Trato de arreglarlo, imbécil! —exploté en un grito—. Y si no quieres que rompa tu cara de niño bonito, dime dónde está.

—Creí que lo odiabas, ¿por qué querrías arreglar las cosas con él?

—¡Porque el muy idiota lo consiguió!,¿bien? —grité frustrada—, es un maldito egocéntrico y un idiota que consigue lo que quiere. Es un imbécil con todas sus letras, ¿por qué demonios tenía que ser así de persistente?, ¿¡por qué tenía que enviar esas malditas notas!?, ¿por qué se propuso enamorarme?

Tres años atrás.

Primeros días de noveno grado, último año de Middle School, quería empezar perfectamente el año, pero mi suerte era pésima, había llegado tarde el segundo día de clases, y los pasillos estaban solos, casi por completo. Y digo casi, por el hecho de que Andrew Biersack llegó casi a la par mía, un sentimiento de alivio me inundó, no quería ser la única idiota que llegue tarde, caminé y me puse a unos cuantos pasos detrás de él.

Había un silencio incómodo que decidió romper de la peor manera:
—¿Por qué me odias? —preguntó, deteniéndome y él a la par mía.

—Yo no odio a nadie; ahora, andando no quiero llegar más tarde a clases —lo empujé hacia un lado, pero me cerró de nuevo el paso.

—Apuesto lo que quieras a que estás enamorada de mí —sonrió de lado, solté una risa sarcástica. Un golpe de mi espalda contra los casilleros me sobresaltó.

—¿Qué demonios te pasa, imbécil? —pregunté nerviosa. Sus manos me acorralaron, cada una a la altura de mi cabeza, se acercó a mí y susurró cerca de mi cara:

—¿No lo estás? —millones de sensaciones atravesaron mi estómago, me quedé quieta, como una estatua. Él sonrió para sí mismo y habló—: bien, pues apuesto a que terminarás haciéndolo, como todas las demás; de eso me encargo yo —besó no mejilla y caminó hacia el aula.

—¡Maldito imbécil, te detesto! —grité caminado hacia el aula.

Actualmente.

—¿Eso qué quiere decir? —preguntó con una sonrisa de autosuficiencia.

—¡Que me enamoré de él! —grité—, y lo más estúpido de esto es que yo lo sabía, ¿y sabes qué es aún más estúpido?, que me negaba a creerlo.

—¿Admites que estás enamorada de Andy Biersack? —se sorprendió—. Vaya, es la mejor detención que me han dado en la vida —comezó a reír.

—¡Oye, imbécil! —le pegué en el hombro—, deja de reírte que no es gracioso. Maldita sea, traté de arreglarlo, y el muy idiota se largó a quién sabe dónde y yo como estúpida, buscándolo por toda la maldita prepa.

—¿Eso es verdad?

Abandoné esto, lo sé. :(
Me disculpo, pero tengo una vida fuera de Wattpad, además de que no sabía cómo plantear mi idea...
¡Las amo!
-💜

El chico de las cartas. •[Andy Biersack]•Where stories live. Discover now