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Pidge se subió sus gafas con su usual pulcritud— Y bien, ¿qué tenemos?

Junto a sus palabras, todos comenzaron a entregarle sus pequeñas libretas con los movimientos y gestos realizados por Lance tras la planeada investigación. La castaña tomó un lugar en la sala de de descanso y comenzó a leer todo con gran rapidez, para luego ir escribiendo lo más importante en su laptop, mientras los demás se encontraban sentados a los costados de ella en el sofá, observándola con interés, al mismo tiempo en que trataban de ver la pantalla.

—Vigilé a cada uno de ustedes por las cámaras, y debo de decir que estuvieron impresionantes, sobre todo tú, Keith.

En el momento en que la paladín verde pronunció aquello, algo en el interior de Keith se removió. No pudo dormir mucho por todo aquello que sintió en el momento que estuvo con Lance, pero, luego de dar vueltas por más de una hora, decidió que no le contaría a nadie sobre ello, había sido un simple momento de debilidad y eso era todo.

—¿En serio ese es Keith? Vaya —escuchó comentar a la princesa.

Gracias a que se perdió en sus pensamientos, no estuvo atento en el momento en que sus compañeros, curiosos por saber que felicitó Pidge, pidieron ver la grabación de Keith.

Frente a ellos, se mostraba la escena justa en dónde el ojivioleta tenía un ataque de preguntas hacia el cubano, acompañada de gestos veloces y ojos preocupados.

Keith no lo pudo evitar, pero cuando vio el rostro impresionado de Lance en la pantalla, sus mejillas se sonrosaron y su estómago se estrujó de tal forma, que llegó a pensar en que estaba enfermo.

Pero él lucía tan guapo...

"—Ah, sobre eso..., ¿podrías, por favor, fingir que nada de esto pasó?"

—Que inteligente eso de decirle que no se lo contarías a nadie, Keith, si sigues así, vas a ganarte su confianza lo suficiente como para que te diga que le pasa, después de todo, fuiste con quien más se abrió —Pidge le mostró su maño en un puño con su dedo pulgar hacia arriba.

Esperen un segundo, ¿cuándo él había dicho que sí? Oh, rayos, ahora estaba metido en un lío. Todos lo miraban con una cara extraña, pero Keith ya sabía el significado de esta: ahora solo lo utilizarían a él para hacer hablar a Lance.

—Oye, Keith, ¿por qué no...? —comenzó a hablar con voz pícara Shiro.

Quiznak.

• • • •

Luego de conversar un nuevo plan sobre como hacer que el paladín azul contara que diantres le sucedía, recibieron una llamada de la Espada de Marmora, avisando de una visita dentro de unas horas, posponiendo así su decisión para más tarde.

Ya que, por mucho que Lance les preocupara, derrotar a Zarkon era la misión de todos.

Aún así, vigilaron al cubano. Y hasta los Galra se impresionaron un poco al ver al chico sin hablar. Estaba ahí, quieto, con la sombra de lo que fue una sonrisa  confiada e increíblemente radiante en sus labios, mientras asentía hacia las instrucciones dadas, tal cual como un buen soldado. Incluso, cuando Slav saltó a comentar las pocas probabilidades de sobrevivir, no perdió ni un poco los estribos. Al contrario, le pidió de forma gentil que se quedara callado.

• • • •

Keith caminaba con paso decidido y gesto serio por el pasillo, pero, la verdad es que por dentro, se moría de nervios al tener que ir a hablar con Lance. Ni siquiera sabía que estaba haciendo, los demás tan solo lo obligaron a ir y animarlo un poco, pero bien sabía que estos lo seguían muy de cerca, con los ojos pegados a las cámaras de vigilancia.

Blue. [Klance] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora