7.- [Parte uno] (Maratón 2/4)

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—Repitanmelo otra vez, ¿qué hacemos en este estúpido planeta?

—Keith, basta —reclamó Shiro hacia su dirección.

—Estamos aquí porque es uno de los pocos lugares en dónde pueden obtener comida muy parecida a la tierra —respondió molesta Allura—. Si ustedes no fueran unos niños llorones, no estaríamos desperdiciando el tiempo aquí.

—Todo es culpa de Hunk —hablaba Pidge con el ceño fruncido y sus brazos entecruzados bajo su pecho—, nada te costaba preparar Goo y llevárselo a la familia de tu novia, ya que de todos modos, ¡su gusto por la comida es pésimo!

—¡Oye, no lo hago por Shay y su familia! Es solo que estoy harto de esa porquería, y no creo ser el único, ¿verdad, Lance?.

El recién nombrado solo se dedicó a asentir y así la conversación finalizó incómodamente.

Luego de que Keith y Hunk volvieron con la escratulita, el castillo se puso inmediatamente en marcha hacia Balmera, poniendo los nervios de Hunk al cien por ciento. Decidió, al final, cocinar algo para los Balmarianos, ya que era una de las mejores cosas que sabía hacer. Sin embargo, no se pudo conformar con la comida alteana, y molestó tanto a Allura que la princesa perdió los estribos y desvió el castillo a un planeta que se encontraba de camino a Balmera con comida muy parecida a la terrícola.

Tras aterrizar, todos decidieron bajar del castillo, ya que así sería más rápido acarrear toda la comida de una vez por todas.

El sitio era hermoso. Rodeado de árboles y arbustos frutales conjunto a colores llamativos y un olor a tierra húmeda exquisito, les hicieron rememorar sus tiempos en su planeta.

Un grito ahogado provocó que todos se voltearan en dirección hacia Shiro, quien tenía sus ojos brillantes y una expresión más que feliz mientras recorría el lugar con sus orbes, sin darse cuenta de las miradas de sus compañeros. Todos se enternecieron con la escena, porque podían imaginarse cuanto él extraño la tierra y lo ansioso que debía estar por volver a ver algo relacionado con su lugar de origen.

—Muy bien —juntó sus palmas la princesa de forma más animada—, vamos a separarnos en parejas. Solo tenemos que tomar comida, llenar las canastas y nos devolvemos aquí, ¿entendido?

Todos asintieron con energías renovadas al ver la actitud de Shiro. Bueno, todos salvo Lance.

El japonés cogió la frágil muñeca de la castaña— Iré con Pidge.

—Allura vendrá conmigo —Coran posó su mano izquierda en el hombro de la peliblanca y esta le sonrió de vuelta.

Keith había pensado un montón en su decisión. Por un lado, podía ir con Hunk y buscar comida entre chistes y preguntas de este hacia su raza o ir con Lance y morir por un ataque cardíaco y tartamudear cada cinco segundos.

—Iré con Hunk —alzó su voz y su mano derecha.

—Bien, yo me iré por aquí —indicó con su dedo índice Lance, quien fue el único que se quedó sin pareja—. Soledad y yo iremos a dar un paseo.

Y así sin más, el chico se encaminó entre los árboles, perdiéndose ante los ojos de sus amigos.

—Ya no lo soporto ver así —negó frenéticamente su cabeza Hunk, desesperado—. Estoy harto de verle esa sonrisa falsa y oír esas bromas estúpidas, quiero a Lance de vuelta.

—Todos pensamos como tú, Hunk —la mano Galra de Shiro se posó en uno de sus hombros—. Ninguno de nosotros estamos contentos con esto, deseamos a nuestro Lance, pero si lo queremos otra vez con nosotros, debemos de demostrarle que lo apoyamos cuando sepamos que fue lo que sucedió, porque eso es lo que hace un equipo.

Blue. [Klance] Where stories live. Discover now