¡Golpe bajo, preciosa! (En Edición)

Capítulo I

¿Que tan cliché puede ser la vida de una diva adolescente? Pues mucho.

Cada mañana tengo la sensación de estar en una película de adolescentes, esas dónde el protagonista tiene más ego que metas en la vida.

Mientras recorro los pasillos de mi colegio, siento las miradas de las personas a mi al rededor posarse en mí y la verdad es que lo disfruto, mentiría si digo que no me gusta recibir atención.

Caminar a través de esos pasillos moviendo ligeramente mis caderas y recibir piropos de idiotas ya era algo a lo que me había acostumbrado. Sin embargo recibir miradas de odio y cuchicheos de chicas definitivamente no era agradable.

¿Qué ganas juzgando a alguien con quién ni siquiera has cruzado palabra?

Llego hasta mi casillero y lo primero que hago es revisar mi rostro en el espejo de éste.
Si, hoy luzco mejor que nunca.

De repente el parloteo de los estudiantes se apaga y escucho gritos demasiado agudos de un grupo de chicas junto a la puerta del colegio.

Sergio Roggers.

Avanza con seguridad mientras todos lo alaban, las chicas casi lanzan su ropa interior a él y los chicos lo miran con respeto.

Él a diferencia de mí no debería merecer ni un poco de atención, él no es Dios solo es un jodido idiota que lastimó a mi mejor amiga, igual que a bastantes chicas.

Llega a dónde comienzan los casilleros, saca sus libros y sigue su camino.

Sin pensarlo demasiado lanzó mi lapicero cuando él está a unos cuantos pasos de mí. El objeto golpea sacudiendo su melena, se gira en mi dirección con el ceño fruncido, en cuanto sus ojos hacen contacto conmigo tienen un ligero toque de molestia.

Antes de que pueda hacercarme a él con un buen pretexto, el timbre suena y los estudiantes siguen su camino hacia sus clases, yo hago lo mismo.

Me acomodo esperando a que el profesor entre cuando siento la presencia de alguien junto a mí.

--Sé que no me despegaste los ojos a penas entré -me sonríe de lado con arrogancia. ¿Es que todos los chicos guapos deben tener el ego por los cielos?

--No te emociones, solo miraba de casualidad a la puerta justo cuando entrabas -le sonrió con sinismo logrando que me dé una mirada burlona. No sé como las chicas se vuelven locas por él, parece que lo único que sabe hacer es burlarse, humillarlas y verse perfecto siempre.

Cuando el profesor entra Sergio se levanta y va a su lugar de siempre.

La clase comienza sin problemas hasta que abro mi libro encontrando una nota.
"Eres una perra, aléjate de Rees"
Ruedo los ojos fastidiada, él fué el que se acercó a mí con otras intenciones.

Siento la mirada de alguien sobre de mí, giro mi cabeza buscando al responsable y me sorprende encontrar esos ojos sobre mí, observandome con ¿intriga? ¿cautela? No lo sé, pero me mira fijamente y sin discreción alguna.

Le sonrió coqueta y paso mi lengua por mis labios de manera provocativa, él sonríe y vuelve su vista a la pizarra.

Puede que sea difícil conquistarlo...

En el almuerzo debería de ir a pedir mi comida y no hacerme la tonta para toparme con Sergio, pero no, aquí estoy porque juro que lo acabo de ver salir por este pasillo.

--¿Me buscabas? -Pregunta a mis espaldas,me giro de inmediato para encararlo.

--Puede ser -pongo un mechón detrás de mi cabello.

--¿No te bastó con Rees? -cuestiona divertido, siento la molestia en mi cuerpo pero me obligó a ignorarla.

--¿A caso no te parezco sexy? -Evado el tema de Rees.