Nacida en 2020.
Congelada en el tiempo en 2038.
Apocalipsis Nuclear en 2052... Espera, qué?
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No se suponía que debía despertar temprano. Me faltaban otros 15 años todavía. Pero eso no importa. Lo que importaba era que había despertado en...
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Después de las verdades que me dijo Lexa, estaba segura de que ahora empezaría a decirme la verdad y no me ocultaría nada más. Pero veo que me confundí...
-En serio no me vas a decir por qué no puedo dejar mi habitación?.- pregunté incredulamente con mis manos sobre mis caderas expresando mi frustración.
Ella parecía estar peleando con sigo misma si debía decirme la verdad o debería salir e ir hacia donde sea que necesite estar. Ella suspiró sonoramente y dijo.- ____, no es tiempo de esto. Q no puede estar acá ahora, así que estoy confiando en vos. Quédate acá, entendido?.-
Jadeé incoherentemente, cruzando mis brazos en mi pecho.- Esto no es justo Lexa.-
Ella pareció tomar esto como un 'entendido' ya que asintió y me dejo sola en mi cuarto, mi boca abierta en shock. Después de admitir, de decir todas las cosas que sentíamos, de abrirnos la una hacia la otra, pensé que al menos me diría el por que no podía dejar mi habitación, pero claramente no lo hizo. Y si ella me conociera, debería saber que no iba a escuchar sus ordenes.
No pensé ni dos veces y salí de mi habitación, esperando poder salir de la torre e ir a lo de Deka, quería verla porque ayer no la vi. Sin embargo mientras estaba escabullendome cuidadosamente, pero lamentablemene me vieron. Pero esa persona ni siquiera era de acá.
-Qué tenemos acá?.- se escucho una voz inquietante con un poco de diversión, haciéndome asustar mientras me giraba.
Reconocí el hombre aterrador ante mi. Él era de Ice Nation. Y mientras miraba más su apariencia, me di cuenta que él era el hombre que conocí cuando entré a la reunion de Lexa.
-Mierda.- susurré para mis adentros, mientras me estudiaba de arriba a abajo veía su sonrisa psicópata.
Miré sobre mis hombros donde estaba mi habitación y que probablemente podía escaparme y encerrarme ahí hasta que Lexa volviera.
-Ni siquiera lo pienses.- dijo haciendo que mi cabeza vuelva hacia donde estaba él, haciendo que su sonrisa despareciera y sea remplazada por una mirada malévola y cruel.
Ignoré su comentario y empece a correr hacia mi cuarto. Literalmente estaba a pocos centímetros de la puerta cuando siento que me empujan hacia la pared a lado de mi puerta. El impacto repentino provoco que me mareé momentariamente, incapaz de ponerme derecha, pero este momento era el tiempo suficiente para que el grounder de Ice Nation saque su daga y la apoye sobre mi mentón.
-No te atrevas a correr o te voy a cortar.- me dijo al oído amenzadoramente, presionando lentamente el metal frío en mi piel, generado escalofríos que subían por mi espina dorsal.
Jadeé con nerviosismo y asentí lentamente, sabiendo que si hacía algún movimiento repentino me mataría. Se vio satisfecho con mi respuesta. Usó su otra mano para apretar mi ante brazo para arrastrarme por el corredor a Dios sabe donde. Todo lo que sabía era que él tenía su cuchillo presionado sobre mi cuello. Debí haber escuchado a Lexa cuando me dijo que me quedara en mi habitación.
