XIII

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[ADVERTENCIA; capítulo muy largo, lee cuidadosamente y con tiempo. Disfruta, que es de los últimos. Para más aclaraciones, te recomiendo leer la nota final :). ]


•••



Sophie me había arrebatado tantas, tantas cosas. Mi hermano, Jackson, mi hogar... y ahora mi amigo.


Ni siquiera el licor con el que jugueteaba ahora mismo me hacia sentir mejor, pues la muerte de Marcel estaba quemando dentro de mi. Habíamos perdido a grandes personas en la trampa que nos tendió aquella perra, pero dos pilares habían caído; Caroline y Marcel.


"Se han ido tres. Quedan seis más de la profecía"



Un dolor de instaló en mi estómago cuando recordé como un semidiós estaba por quitar mi anillo solar y estuve a punto de morir hecha cenizas, pues mi hogar era un lugar con el sol más intenso, no tenía oportunidad alguna. Más que, llegó Caroline, metiendose en mi lugar para patear el trasero de aquel semidiós que con tan solo un golpe, la hizo pedazos.



Cerré mis ojos con fuerza, no sabiendo que si me mareaba por el alcohol o por recordar la mera escena. Yo jamás le pedí a Caroline salvar mi vida, no tenía sentido. Para ser malditamente sinceros, yo no habría hecho eso por ella.



"¿Y que importa eso, Caroline? Tú habrías servido aquí mucho más que yo. Aparte, moriré de cualquier manera. Es mi destino, según mis visiones"



Me empine el vaso de licor con fuerza, no queriendo ver a través de mis ojos la imagen del cuerpo inerte de Marcel en la blanca arena una vez más. Davina estaba hecha trizas, y apenas hacia unas horas había logrado dejarla dormida. La única en la cual podría encontrar consuelo era en Tanya, pero la morena aún estaba demasiados afectada con la muerte de Kira y ahora más con esto. Pero no hablemos de Niklaus, por favor. El también estaba demasiado afectado, adolorido, por lo cual ir con el no era una opción.



Oh, ¿algo más que la bruja nos hubiera arrebatado? Amara.



Cuando la pelea termino, después de que ella gano, las fuerzas de Sophie se retiraron, dejándonos a los veinte de quinientos que quedamos. Llenos de dolor, de lágrimas y de derrota, logramos ver a través de todo eso que nuestra revolucionaria no estaba.


Tratamos de buscarla por todos lados, pero simplemente no estaba. La desesperación comenzaba a crecer en todos, cuando Allison lanzó un grito, señalando hacia un punto lejano en el océano.



Bien sabía que podía o no podía ser Amara, que podía o no podía estar viva, pero aún así me lancé hacia el agua con la esperanza de llegar a tiempo. Para cuando llegue hasta ella, lagrimee de alivio al ver que estaba viva... por poco.



Rápidamente nade con ella hasta la arena, y enseguida atravesamos el portal que para nuestra suerte, las fuerzas de Sophie no pudieron atravesar.



Los demás habían estado esperando por nosotros, para nada preocupados pues no íbamos a ninguna batalla, sino a recuperar algunos heridos. Claramente se sorprendieron cuando entramos solo veinte, todos malheridos con el cuerpo sangrante de Amara.



Había sido enviada enseguida hacia sus aposentos, donde Isaac ya le estaba esperando; así como Amara había acelerado su recuperación, su beta podía hacer lo mismo por su mamá Alfa.


Solté un sonoro suspiro, mientras me paraba con pasó tambaleante para salir de mi habitación. Estaba destrozada, claro que lo estaba, porque lentamente me estaba quedando sola; mis padres, Noah, Jackson, Marcel, Logan... no creía poder soportar perder a más personas.



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