We Want War

(VI)

Amara sollozaba en silencio porque no se podía malditamente mover. El veneno del kanima la había dejado completamente fuera de juego, no dejó ni explicarles a los chicos el porque ella debía estar allí.

Quiso decírselo a Isaac, ya que a el le había contando las innumerables veces que había visto a Allison con una espada en el estómago, pero el veneno logró derribarla antes de poder hablar.

« ¿Te darás por vencida tan rápido? Que grande amiga eres, Amara »

"No ahora, por favor" pensó al escuchar a las voces, aquellas que la atormentaban día y noche.

« ¿Sabes lo horrible que será para Chris, el hombre que tanto admiras? Su esposa murió, su hermana murió, su padre no le quiere y ahora... su hija, su pequeña »

La chica en la cama logró soltar un grito, mientras que con gran desesperación lograba mover los dedos.

« Tú podrías salvarla. ¿Sabes cómo? Solo tendrías que jugar a ser ella, luchar como ella, pensar como ella, y ambas volverían a casa. Pero eso es algo que no harás, ¿verdad? »

Amara estaba recuperando toda la mi ilusas mientras pensaba una y otra vez en la sonrisa de Allison, en todo el dolor que había pasado, en cuanto le quería. Sabía que si ella iba a la pelea, la cazadora evitaría su destino y estaría viva. Entonces cuando la chica de ojos azules volviera a casa podría explicar porque hizo todo lo que hizo. Porque ella estaba tan segura de que volvería a su hogar.

Amara se encontraba llena de sudor mientras luchaba con fuerza con el arco en mano; ir a casa de Allison, meterse a hurtadillas mientras que tomaba el primer arco y flechas que vio, para después salir a toda prisa y pinchar las llantas de sus autos para evitar que llegaran a tiempo, fue agotador.

El veneno de kanima aún hacia que los músculos se le tensarán, por no hablar del veneno que el Nogitsune había usado en ella, la estaba volviendo loca.

Escucho un rugido que prendió enseguida su llama de mama Alfa, y vio con impotencia como su cachorro estaba perdiendo ante una batalla.

"Al diablo lo de pensar como Allison" dijo ella con rapidez, mientras que sabía que la cazadora habría dejado al lobo en su problema, pues le quería pero no tanto como su propia Alfa.

Así que saco una flecha, mientras la colocaba en el arco. Respiro varias veces, pues ella jamás había hecho esto. No sabía cómo hacerlo, pero no se podía dar el lujo de fallar; su beta estaba allí.

Así que lanzó la flecha con toda la esperanza del mundo puesta en eso, sus dedos temblorosos y su corazón agitado cuando está incrustó en el pecho del Oni, este desapareciendo al instante.

Amara no pudo evitar soltar una pequeña sonrisa de alegría, pero pronto el alivio que sintió se convirtió en una torrente de dolor. La chica de ojos azules, aún con un inmenso dolor, no conprendia que pasaba hasta que tocó con sus propias manos la espada que estaba en su estómago.

Por unos segundos, no hubo nada. Hasta que la criatura saco la espada con rapidez, provocando lágrimas de dolor en los ojos de la Tanuki. Está intento sujetarse a algo, pero sintió como su cuerpo chocaba contra el suelo, dandole bienvenida a otra torrente de dolor.

Lo primero que se le vino a la mente cuando cayó, era que Allison estaba bien. Su amiga estaba bien, ella estaba a salvo.

Pronto tuvo a los brazos de Scott sobre ella, mirándole con terror. La chica estaba demasiado adolorida y sorprendida para decirle que era Amara, así que se impulso a preguntar por otra cosa.