XV

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(Se supone que este iba para mañana pero les quiero tanto que se los doy ya. No olviden comentar y escuchar "My immortal" que me inspire para escribir esto, besos)



•••




Entre el fuego que aún se alzaba, entre los cuerpos moribundos que había en el suelo, logre encontrar a Klaus, quien estaba recargado sobre una casa con ambas manos sobre su rostro.


-¡Klaus!-grite llena de alivio, y el subió su rostro en cuanto me escuche. Aunque bien había alivio en ellos, también percibí dolor. Pare mi camino hacia el, deteniéndome abruptamente.


-Roslyn-suspiro, y demonios si el dolor en su voz no se notaba.


Abrí mi boca, pero de ella no salía ninguna palabra. En el fondo, sabía que había pasado. Pero aún así... me daba demasiado miedo preguntar.


-Hay...-me interrumpí, mientras sentía como mis piernas estaban a punto de flaquear.-¿Hayley?


El dolor cruzo una vez más la mirada de Klaus, quien tan solo negó.


-No, Roslyn. Ella está bien. Las brujas de Nueva Orleans están haciendo todo para ponerlo cómodo, pero...-su voz se rompió, y entonces todo cobró sentido para mí.- pero había cenizas de roble blanco en la bala que le impactó.


Soltaba aire con fuerza, y aun cuando me exigía a mi misma calmarme, no dude en correr a velocidad vampirica hacia donde las brujas de nuestra ciudad estaban.


Rebekah sollozaba en los brazos de Freya, mientras que la bruja tan solo miraba con un ligero puchero de dolor contenido hacia abajo.


-¿Kol?-jadee, haciendo que todas las miradas fueran hacia mi.


Las brujas me miraban con pena, susurrando que estaban haciendo lo mejor que podían. Les ignore súbitamente, mientras que me dejaba caer a lado del moribundo Kol.


Tenía el rostro con pequeñas manchas de sangre, estaba pálido y tenía una herida que se veía de color negro en el pecho, justo en el corazon. Y aún si, cuando logró verme, sonrió como la primera vez que nos conocimos.

-Hey, Lyn.


Aquel simple saludo hizo a mi corazón sangrar, y enseguida comencé a llorar con desesperación.


-No puedes morir de nuevo-sollocé mientras acariciaba su rostro, llenándole de sangre.-No, Kol, por favor.


Elevó con lentitud y debilidad su mano, pidiendo a las brujas y a sus hermanos unos minutos a solas conmigo.


Elijah fue el ultimo en salir de la sala, mientras que le dirigía una mirada llena de dolor a su hermanito, para después salir allí con la respiración agitada.


Yo estaba consciente de los extraños hipidos que estaba produciendo, pero poco me importaba.


-Escuche...-se interrumpió a si mismo en busca de de aire.- que Davina murió. Lo siento mucho, se lo que significaba para ti.



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