A sus treinta años Kim JongDae ha tenido más fracasos amorosos en su vida que cualquier persona normal, sumado a eso su padre pide un heredero para su imperio de autos Alfa Romeo antes de morir; no es que JongDae no desee dárselos pero ¿Qué puede ha...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Kim JongDae se consideraba a sí mismo una persona resistente, valiente y que nada ni nadie lo podrían doblegar. Pensaba que ya había obtenido suficiente sufrimiento en su vida y que nada lo volvería a herir de aquella horrible forma, pero estaba completamente equivocado; lo que había vivido las últimas semanas se sentía como una prueba de vida, la última, y sabía también que si lograba superarla junto a MinSeok todo estaría bien, aunque por el contrario si perdía esta batalla su vida solo se llenaría de amargura y de los horrible hubiera, porque más que cualquier sufrimiento la horrible frase de yo hubiera te perseguía por siempre, haciéndote sentir miserable por el resto de tu vida y JongDae definitivamente no quería aquello.
Ese día Seúl se movía más rápido de lo normal, JongDae estaba en la terraza de su edificio simplemente observando las calles ajetreadas allá abajo, o tal vez no, ni siquiera en eso podía concentrarse. Esa noche no durmió bien ya que MinSeok tuvo pesadillas toda la madrugada y él simplemente se encargó de sostenerlo entre sus brazos, prepararle leche tibia y decirle que todo estaría bien, aunque JongDae sentía que lo decía para ambos, ya que estaba perdiendo la esperanza lentamente.
Un capuchino de vainilla apareció en su espacio visual y al girar su cabeza se encontró con JongIn y su cabello blanco perfectamente peinado.
—¿Heechul ya renunció al concepto de loco sexy?
—Sip, ya paso. Fue un éxito según las ventas, tú deberías saberlo mejor que yo.
—Cierto.
—¿Qué ocurre hyung?
—Yo... ni siquiera sé JongIn; es todo, absolutamente todo.
—¿Pasa algo con MinSeok hyung? –JongDae no respondió. —Ya veo, tal vez pueda hablar con KyungSoo y averiguar qué pasa.
Jongdae rió, rió fuertemente; incluso puso su capuchino sobre el muro que rodeaba la terraza para no derramarlo.
—¿Debo preocuparme, JongDae?
—Al menos a alguno de los dos le va bien.
—¿Que dices?
—"Tal vez pueda hablar con KyungSoo y averiguar qué pasa". –dijo remedando su voz. —Ya sabía yo que algo pasaba desde aquel episodio extraño en la cocina de la casa de ese chico cuando MinSeok escapó.
—N-no es lo que piensas. KyungSoo es tierno, hablamos de vez en cuando, también le gusta Juego de Tronos.
—¿Do KyungSoo tierno? Woa, ese chico te pegó fuerte; aunque lo que sí es irónico es que una serie tan horrible como esa haga que nazca el amor entre personas.
—Deberías conocerlo hyung, si lo conoces mejor te parecerá tierno. –dijo el moreno como si fuera lo más natural. —Y ya te he dicho mil veces que GOT no es una serie horrible; habla sobre valentía y honor entre familias que solo quieren gobernar el mundo...
