A sus treinta años Kim JongDae ha tenido más fracasos amorosos en su vida que cualquier persona normal, sumado a eso su padre pide un heredero para su imperio de autos Alfa Romeo antes de morir; no es que JongDae no desee dárselos pero ¿Qué puede ha...
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"MinSeok yo... me estoy enamorando profundamente de ti"
MinSeok se quedó helado, aquello no podía ser, no absolutamente no. Ese pelinegro lindo y amable no podía estar sintiendo algo por alguien como él, nunca.
—No. –dijo en un susurro el castaño. —No es cierto, no puede ser, no.
—MinSeok es la verdad, lo descubrí hace un tiempo y no ha hecho más que crecer y crecer.
—Jīn Mín Shuò jamás conocerá el amor. Jīn Mín Shuò es solo un objeto y debe comportarse como tal. Jīn Mín Shuò no vale.
—¿MinSeok que tienes?
JongDae miraba completamente atemorizado como MinSeok repetía las mismas palabras como un mantra mientras sus ojos se encontraban perdidos y salían por ellos grandes lágrimas. El pelinegro lo sacudía para intentar volverlo a la realidad, pero su pequeño castaño estaba completamente en otro plano, muy lejos de él.
Determinado tomó el cuerpo de MinSeok entre sus brazos y corrió con él hasta la salida del centro comercial. Justo cuando salían se encontró con su chofer, le pidió que por favor llevara las compras a casa y luego de decirle donde las dejó, metió el cuerpo tembloroso de MinSeok al auto y arrancó.
Cuando cruzaba el puente Han recordó la conversación que tuvo que Yixing
—Será difícil JongDae, pero creo que es la única forma. MinSeok debe enfrentar ese miedo.
—¿Y qué debo hacer cuando eso pase?
—Abrázalo fuertemente, dile lo que sientes y no lo dejes ir; si se abre a ti escucha atentamente, escucha JongDae y cuando termine dale todo tu apoyo, porque lo tiene ¿verdad?
—Absoluta e incondicionalmente.
—Estaremos bien MinSeok, lo prometo, mi amor.
Cuando llegaron a la casa, el mayordomo Sung los recibió
—Señor Sung por favor que nadie nos interrumpa ¿sí? pase lo que pase que nadie entre a nuestra habitación.
—Descuide, así será. Si necesita algo solo llámeme.
—Gracias.
Sin más JongDae subió con el cuerpo de MinSeok en brazos hasta su habitación, lo depositó suavemente en la cama para luego pasar el pestiño a su puerta. Se sentó junto a él en la cama y tomó su tierno rostro entre sus manos.
—MinSeok. –lo llamó. —MinSeok, mírame. Soy JongDae, estás a salvo, nada te pasará, estás conmigo.
—Jīn Mín Shuò no sirve, Jīn Mín Shuò solo tiene un propósito.
