Capítulo 3

7.3K 325 43
                                    

Verano, 2015

Trabajar duro tiene sus consecuencias, para mí, un montón de zapatillas de punta gastadas más rápido de lo normal y además, tenía que lidiar con el dolor de mis pies todas las noches, ese era el efecto de mejorar mi técnica y mis movimientos. Decidí quedarme en la ciudad en esta ocasión, yendo al curso de verano del estudio de danza sólo para tener la oportunidad de usar uno de los salones para trabajar en lo que necesitaba mejorar para que el profesor Damon notara dichos cambios.


—Una vez más.


Preparé mi pirueta mirándome fijamente en el espejo, una, dos, tres, cuatro, tuve que detenerme. Otra vez, ahora voy a intentarlo hacer con mi pierna derecha, la derecha siempre es la mejor... Y una, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete...


—Lo estás haciendo mal. —La voz de Marcus interrumpe mi práctica, lo veo a través del espejo, ahora está ahí recargado sobre la puerta mirando mis ejecuciones, no sabía cuánto tiempo ha estado ahí mirando—. Tienes que rotar un poco más la pierna de apoyo.


Corrijo la posición rotando mi pierna de apoyo como él sugiere. Preparo mis piruetas una vez más, ahora nerviosa porque él estaba mirando. Giro alrededor de nueve veces y después me detengo, volviéndome para mirarlo a los ojos, esperando que dijera algo sobre las piruetas que acababa de hacer.


—Déjame ayudarte. —Marcus me ofrece su ayuda, se acerca a mí y toma mi mano, enseñándome cómo girar con ayuda masculina, como las parejas que lo hacen en el pas de deux—. Seré tu soporte ahora, se supone que deberías mantener tus giros más tiempo.


Marcus me ayudó a practicar mis piruetas y uno que otro detalle de mi técnica alrededor de cuarenta minutos, corrigiendo mis errores cuando fue necesario. Estar sola con él me hacía sentir increíblemente nerviosa, él me gusta, es algo que solamente Julianne sabe y ahora, estar tan cerca de él me estaba matando por dentro. Intentaba no sonrojarme cuando sus ojos color oliva se encontraban con los míos ocasionalmente, es imposible no enamorarme de él con esa manera de mirarme, con ese cabello castaño y precioso que tiene, con la hermosa sonrisa y él bien trabajado cuerpo que posee.


—Quisiera quedarme más tiempo para ayudarte, pero tengo un poco de hambre, ¿tú no?

—Un poco.

—Bien, ve a cambiarte, te llevaré a comer algo. Has estado trabajando muy duro toda la tarde.


Salir con Marcus sonaba tan irreal. Siempre creí que iba a tener una cita con él solamente en mis más locos sueños, pero esto era real como todo lo que sucedió en los últimos momentos que compartimos bailando juntos, probando que puedo crear la misma armonía que Dianna crea cuando ella baila con él.

Tomé mis cosas y fui al sanitario para cambiarme antes de irme con él a comprar un poco de comida. No estaba lista para algo así hoy, pero traté de acicalarme un poco antes de salir del sanitario, poniendo perfume en mi cuello y en mis muñecas, acomodando mi cabello con mis manos frente al espejo.


[...]


Me encontré con Marcus afuera del estudio de danza. Me llevó hasta su auto deportivo de color rojo, abriendo la puerta para mí como todo un caballero para que pudiera subir.

Dulce perfecciónWhere stories live. Discover now