Capítulo 19

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Desperté con Jengibre a mi lado, lamiendo mi rostro, tenía dos noches durmiendo conmigo, al parecer comenzaba a adaptarse a mi presencia. Tomé mi teléfono y miré la pantalla, me había quedado dormida mientras platicaba con Ben anoche. «Bueno, creo que ya te dormiste. Ten dulces sueños, espero verte pronto.»

Me levanté de la cama y me dirigí hacia las escaleras, Jengibre me seguía moviendo la cola, adelantándose en el camino corriendo hacia donde estaba mi papá, sentado en el comedor con el iPad en la mano y el jugo verde que tanto le gusta a un lado, trabajando desde temprano.


—Buenos días, Irina.

—Hola papá, ¿trabajando ya?

—Algo así. Siéntate, te preparé el desayuno.

—¿Y Celia?

—La veremos en el hospital.


Mi papá se pone de pie para ir a la cocina y traerme el desayuno.


—¿Qué le pasó a Celia?

—Ella está bien, su nieto es el que está internado. Hace unos días le realizaron una quimioterapia, así que...

—Entiendo.

—Anda, come. Te llevaré a tu cita con el nutriólogo y después irás a la terapia grupal con Emily. ¿De acuerdo?


Desayunamos juntos, después subí a mi habitación para tomar una ducha y alistarme para ir al hospital.


—¿Hablaste con tu mamá anoche?

—Sí, ¿qué le dijiste? Estaba muy preocupada. —Le digo, abrochándome el cinturón de seguridad.

—Nada, Lisa vive preocupada desde que se fue.
—Sé que se siente sola. —Recargo mi cabeza en el asiento, mirándolo conducir—. Solíamos hacer todo juntas.

—Ella no quiso quedarse, le ofrecí un lugar en mi casa y no quiso hacerlo.


Permanecimos en silencio hasta que llegamos al centro médico. Papá estacionó el auto y bajo conmigo con la intención de asegurarse que atendiera la cita con el nutriólogo, a quien no dejó de hacerle preguntas durante la consulta, demostrando también lo controlado que llevaba mi dieta registrando todo en una bitácora que le enseñó a Henry.


—Eres muy obsesivo, ¿lo sabías?

—¿Por llevar un registro? No, yo lo llamaría ser ordenado.


Mi papá se detuvo en la recepción, preguntando por Charlie, el nieto de Celia, quien se encontraba en segundo piso del área de oncología.


—Olvidé algo en el auto, ¿te puedo ver en la habitación de Charlie? Celia está allá.


Miré una vez más el mapa del hospital para saber a dónde debía dirigirme. El ascensor se abrió y caminé hasta la habitación 211, en dónde encontré a Celia de pie junto con su familia, alrededor del pequeño Charlie que descansaba en la cama.


—Mi niña, ¿qué haces aquí?

—Mi papá me envió, hola a todos. —Me acerqué a la cama, Charlie me miraba con una sonrisa en el rostro, él se veía tan cansado—. Hola, me llamo Irina, soy hija de Demian. Eres un guerrero, ¿lo sabías?

—Y tú una princesa.


Me quedé con Charlie a su lado hasta que papá entró, acompañado de un regalo que más tarde le entregó al nieto de Celia, le había comprado un dinosaurio de juguete. Al parecer, Charlie tenía su colección de dinosaurios en casa, o eso fue lo que me dijo cuándo emocionado abrió la caja que contenía el presente de papá.


Dulce perfecciónWhere stories live. Discover now