Capítulo 17

4.2K 273 18
                                    

Aun cuando los doctores dijeron que podía continuar con el tratamiento en casa, mis padres decidieron que debía quedarme con Demian. Estar en la casa de mi papá era como estar encerrada en esa habitación de hotel, sin las visitas de Ben todas las tardes. Estoy atrapada aquí al cuidado de Celia, quien se dedicaba a estar tras de mi todo el tiempo hasta que mi padre llegaba del trabajo. Tenía que tomar el papel de niñera, debía cumplir con las tareas domésticas y por si fuera poco, también cuidaba de Jengibre.

Sólo había asistido una vez a una consulta médica desde que abandoné el hospital, fue precisamente para hacerme un chequeo rutinario y para que mi nutriólogo me entregara la dieta que me haría regresar a mi peso normal. Celia se encargaría de ello, además de ser mi niñera era también la chef designada.


—¿Quieres que te ayude a limpiar? Yo solía hacerlo cuando vivía con mi mamá.

—No Irina, yo puedo hacerlo sola.


Ella estaba pasando la aspiradora por la alfombra del salón, a pesar de que Celia se negaba a aceptar mi ayuda, tomé una de las figuras de mi papá y comencé a limpiarla con un trapo amarillo.


—Tiene muchos búhos de cerámica, ¿no crees?

—Son sus favoritos. —Responde—. Cada que ve uno en alguna tienda no duda en comprarlo, es una de sus colecciones más preciadas, junto la de sus monedas.


Intercambiamos sonrisas y seguí con lo mío, limpiaba las figuras intentando regresarlas a la misma posición en la que las había encontrado.


—Oye Celia, ¿sabes? Cuando recién llegué, mi papá me llevó a un lugar en donde venden unos exquisitos hot-dogs. Voy a salir a comer ahí, regreso más tarde.

—No, no puedo dejarte sola. Son órdenes de tu padre, perdón cariño.


Dejé escapar un suspiro, papá arruinaba todo desde tiempos inmemorables.


—¿Ves a mi padre por aquí? Un amigo me dijo que de vez en cuando es divertido romper las reglas. —Ella no parecía convencida—. Bien, entonces ven conmigo.


Me costó convencer a Celia de que lo hiciera, mi única excusa para conseguir últimamente todo lo que quería era mi enfermedad. Así que la convencí diciéndole que mientras se tratara de comer, papá aceptaría cualquier cosa, además tengo que regresar a mi peso normal ¿no? Y The Hall's Corner parece un buen lugar para consumir carbohidratos... Y para ver a Ben, porque he estado pensando demasiado en él y tengo ganas de verlo.


[...]


No fue tan difícil llegar a The Hall's Corner, al parecer también ella conocía aquel lugar. Nos sentamos en una mesa que se encontraba en el fondo, corrimos con suerte puesto que el lugar estaba lleno hoy. Intentaba localizar a Ben, mi único propósito para estar aquí era él, buscaba con la mirada al mesero con los ojos más bellos que había visto en mi vida.


—Celia ¿podrías ir al auto? Olvidé mis vitaminas. Mientras yo pido nuestra comida, ¿qué quieres?

—Lo mismo que tú Irina. Ya vengo.


Celia se puso de pie y se abrió paso entre las mesas para poder salir. Cuando la vi cruzar la puerta, me acerqué a un mesero que recién colocaba botellas con mostaza sobre la mesa de los condimentos y complementos.

Dulce perfecciónWhere stories live. Discover now