Capítulo 10

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Capítulo dedicado a NattaLiiaEspiinOza. Al terminar de leer ella sabrá por qué :)

¡Hey! Quiero verles comentar mucho ♥

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Me reconoció.

Sus ojos son dos interrogantes ahora mismo y los mantiene fijos en mí mientras, puedo ver, muchas preguntas dibujándose en su rostro. Quiere hablar. Necesita hablar; más, como puedo comprender perfectamente, las palabras no llegan.

—Oliver —escucho que le llaman. Es la voz de Karin.

La miro. Está de pie a un lado tratando, inútilmente, de hacer reaccionar a Oliver. Entre el público ya hay gente riendo y preguntando qué sucede. "¿Por qué no comienza la demostración?", señalan. Oliver, en cualquier caso, continúa completamente perdido. Abre su boca y la cierra, una vez tras otra.

—¿Qué... —intenta formular, todavía mirándome, sin embargo Karin lo interrumpe sonando esta vez más demandante.

—¡Oliver!

Los murmullos a nuestro alrededor se incrementan. Al menos yo debo reaccionar, decido; por lo que hago carraspear mi garganta y esta vez observo a Oliver de forma significativa. Él vuelve a abrir su boca mucho; pero, más mesurado, la vuelve a cerrar cuando con un rodar de ojos le señalo a la gente. Estoy mirando de él a ellos, indicándole que debe continuar. De esa manera, sin apartar de mí su atención, deja caer un poco sus hombros, toma una bocana de aire, asiente tres veces y empieza a girarse para ahora ver al público.

—Entonces —continua, en un hilo de voz—. ¿Tomates?

Verdes fritos —añade alguien a lo lejos, lo que hace reír a todos.

Casi todos. Los únicos que no estamos riendo somos Karin, Oliver y yo. Ella en particular parece querer arrancarse el cabello.

Oliver apoya sus manos sobre el borde de la estufa y, en esa posición, hace un gesto de negación con su cabeza; hasta que, sin poder evitarlo, sus ojos vuelven a mí. No, yo no, concéntrate en la gente. De esa forma bajan de mi cara a mi antebrazo haciéndome sentir expuesta. ¿Qué intenta?

Luego dirige su atención a las gradas del entarimado, mirándolas tentativamente..., se incorpora y, para mi total asombro, está a punto de tomarme del brazo cuando Karin le vuelve a llamar.

—Oliver —exclama esta vez con un chillido. Él niega con la cabeza sin mirarla, con su mano todavía extendida hacia mí.

¿Va a cocinar o no? —grita alguien.

—Termina tu presentación —le susurro, tratando de evitar que el mundo se le venga más encima.

Y aunque él duda, finalmente pasa su mano sobre su cara y asiente. Eso es, eso es...

—Tomates —repite, haciendo que el público ría otra vez. Karin hace un ademan de quererse matar—. Y...

Pero Oliver no la está mirando a ella o a alguien más, aún luce un poco perdido. ¡Dios! Lleva una mano a su frente, la rasca ligeramente y continúa negando con la cabeza.

—¡La receta! —escucho que le indica Karin, y como él está ignorando cualquier instrucción, yo misma busco entre los utensilios.

Es la hoja de papel que le vi leer antes, concluyo, al verla cerca de él; la alcanzo y rápido la coloco en su campo de visión. Para mi alivio lo nota en seguida, respira fuerte y vuelve a mirar una vez más al público.

Ahora sí concéntrate...

—Un vaso de vino —comienza a leer, haciendo que mi ritmo cardiaco se normalice un poco, y busca el ingrediente. No lo encuentra. ¡Dios, no lo encuentra! Karin es consciente de que algo va mal y chasquea sus dedos en dirección a alguien del Staff exigiendo traer el vino. Mientras, Oliver hace torcer su boca en una mueca y continúa leyendo sin muchas ganas—: Una cucharada de ajos pica... —Intenta alcanzarla para mostrarla al público, pero la deja caer.

La buena reputación de Oliver Odom ©Where stories live. Discover now