Día 3

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Jugando videojuegos/viendo una película





Michelle le sonrió a su novio después de abrir la puerta. Peter le devolvió la sonrisa y entró a la casa de la chica sosteniendo unas bolsas con varios dulces y frituras. Aquella noche era el turno de Michelle de hacer una noche de películas en su casa.

—¿Y si vemos IT?—Preguntó Michelle mirando a Parker.

Peter tragó saliva. Odiaba las películas de terror y el solo pensar en ver el remake de la historia de aquel payaso que le causó pesadillas de pequeño hacía que le dieran ganas de llorar de miedo.

Pero aún así, no quería hacer sentir incomoda a su novia.

—C-Claro—Dijo intentando ocultar su nerviosismo.—i-iré a hacer las palomitas.

Mientras que Peter ponía las palomitas en el microondas, Michelle se encargaba de conectar el DVD y de buscar entre su colección de películas la que tenían planeado ver.

Peter intentaba no temblar, sudar o si quiera mostrar alguna señal de miedo, no quería que Michelle pensara de él como un cobarde. Mientras que Michelle, por su parte, se mostraba muy relajada y casi no mostraba miedo, después de todo el género de terror era de sus géneros favoritos de películas, además de que había leído el libro, por lo que Peter pensaba que ya se encontraba preparada para el terror.

A la mitad de la película, en la escena en la que Pennywise salta del proyector de fotos, Peter no pudo evitarlo más y dio un grito—el cual esperó que no fuera muy fuerte—y un pequeño salto en el sofá, dejando caer sus palomitas.

Sintió que las mejillas se le sonrojaban fuertemente y aquel desagradable cosquilleo en el estomago que sientes cuando te sientes avergonzado, se había expuesto ante su novia.

«¡Idiota!» pensó. «¡Eres un grandísimo idiota! ¡Se supone que eres Spider-Man y te asustas de un payaso! ¡Y lo peor: ante tu novia!».

Escuchó una pequeña risa y sintió como los brazos de Michelle lo rodeaban, tranquilizándolo.

—¿Q-Qué no se supone que soy yo el que tiene que abrazarte cuando te asustas?—Preguntó en un nervioso susurro mientras sentía como los brazos de su novia hacían que empezara a relajarse.

Michelle volvió a reír con suavidad. Dios, vaya que él amaba esa risa.

—No tienes de qué avergonzarte, lo sabes, ¿verdad?—Preguntó en un susurro.—Si no querías ver ésta película, yo lo hubiera entendido. No me molesta el que te dé miedo, es más, me parece lindo.—Y sonrió.

Peter también sonrió.

—Si un chico que le teme a los payasos te parece lindo, entonces yo soy tu chico ideal.

—Eso ya lo sabía.

Peter rió sonrojado, y besó a Michelle en la mejilla.

—¿Quieres ver la película de My Little Pony?—Preguntó la morena.

—... eso sería lindo.

 30 Days SpideychelleWhere stories live. Discover now