Día 16

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Rituales de la mañana



Si había una cosa de la que Peter Parker jamás se arrepentiría, es de haberle pedido a su novia Michelle que se mudara con él después de que los dos se graduaran y cumplieran la mayoría de edad.

Sí, fue algo difícil dejar a la Tía May, en especial cuando la mujer lo había criado como si fuera su hijo ya que nunca pudo quedar embarazada durante su matrimonio con el tío Ben, pero ella estaba bien, ya que se había mudado con una de sus amigas a vivir en Brooklyn.

Michelle amaba vivir con su novio, pero lo que no amaba eran las mañanas (como aquella) en la que él la despertaba después de que ella se quedara despierta la noche anterior por estudiar para su carrera como periodista.

—¡A despertar, dormilona!

MJ soltó un bufido y se cubrió la cara con una almohada, sintió a Peter a su lado, jugando con uno de sus mechones rizados.

—Cinco minutos más...

—Ni que fuera tu madre... por cierto, deberíamos ir a visitar a mi suegra.

La chica sintió sus mejillas sonrojadas y quitó la almohada de su cara para luego golpear a su novio con la almohada. Peter soltó una carcajada.

—¡Soy Spider-Man! ¡Las almohadas no pueden lastimarme!

Michelle soltó un bufido mientras que se levantaba.

—De acuerdo, pero yo me ducharé primero.

—¿Y si compartimos la ducha?

Peter tuvo que agacharse rápidamente al ver uno de los zapatos de Michelle ser lanzado hacia él.

—¡Una broma más como esa y dormirás en la sala con el gato!

Peter rió mientras que su novia salía de la habitación.

—Igual yo ya me bañé.

Mientras que MJ se duchaba, Peter fue a preparar el desayuno para los dos. No era el mejor cocinando, pero por lo menos, gracias a lo que le había enseñado su novia, ya no quemaba las tostadas ni dejaba pequeños trozos de cáscara en los huevos.

—Preparé panqueques de arándanos, tus favoritos~—Dijo con voz dulce al ver que Michelle entraba en la cocina ya vestida y con una toalla alrededor del cabello.

Michelle rió ligeramente y besó a su novio en la mejilla.

—Me sorprende que ésta vez no los quemaras.

Peter sonrió con las mejillas sonrojadas y fue sorprendido por un beso de parte de su novia.

—Eres adorable.—Dijo poniendo su mano en la mejilla de Peter.

—... No, soy Spider-Man...

Michelle rió y tomó el plato de panqueques para llevarlo a la mesa. Cuando Peter salió de su pequeño Shock, se sentó junto con Michelle para desayunar.

—Supongo que mañana será mi turno de cocinar...

—Genial, porque amo tus tostadas francesas.

Terminaron de comer, levantaron los platos de la mesa para luego tomar sus cosas y salir juntos en dirección hacia la universidad a la que ambos asistían.

—Hoy ustedes tienen una misión, ¿verdad?—Preguntó Michelle mientras que ambos salían del ascensor, y con «ustedes» se refería a Peter y los demás Avengers.

—Sí, pero los Maximoff no nos acompañarán. Esos dos nos dejaron para unirse a Los X-Men...—Respondió.

Michelle decidió no decir nada más, y aquel día cuando terminaron las clases de los dos Michelle volvió sola al departamento de los dos, ya que Peter tuvo que irse a la torre Stark para prepararse para su misión con los Avengers.

MJ pasó el resto del día con Gwen y Kamala. Y era cierto que no le gustaba cuando su novio la despertaba en las mañanas, pero una de las cosas que Michelle Jones amaba de vivir con Peter Parker, era cuando él volvía exhausto de sus misiones con los Avengers y su trabajo como Spider-Man, y entraba al departamento de los dos directamente por la ventana que llevaba a la habitación suya y de Michelle, y ambos se acurrucaban juntos, incluso si Peter se quedaba dormido con su traje de Spider-Man.

 30 Days SpideychelleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora