《Ahora Eres Venus》

5.

Nunca en su vida habia pasado tal ¿Vergüenza? Si, paso peores, pero dejarse engañar por sus emociones, eso era algo nuevo, o no tan nuevo.

-Vamos, tienes casi veintiséis años, no estas para estás chiquilinadas.- se dijo a si mismo, mientras miraba al techo.- Necesito ir al psicólogo, estoy seguro que no me gusta mi mejor amiga, me gusta Venus.- se tapo la cara con su cuaderno.- Estúpida imaginación, ¿Por qué tuve que crear algo tan perfecto? ¿Por qué ese algo perfecto es mi amiga?

Se quedo toda la tarde echándose la culpa por sus sentimientos, hasta que su estómago le pidió comida. Caminó hasta la heladera cuándo de repente alguien toca a la puerta. Se asusto un poco pero recobró la compostura cuando escuchó la voz de un amigo y de Agatha. 

-¿Qué hacen?.- preguntó un tanto extrañado Rene.
-¿Cómo que que hacemos?.- contestó Agatha entrando.- Hoy es super viernes de estudio.
-Si tonto.- dijo su otro amigo, Alex.- Ya sabés, tradición.

Rene se habia envuelto tanto en su miseria emocional que había olvidado los viernes de estudio. Un día cada dos semanas se juntan en el departamento de alguno de los tres para "ponerse" al dia con alguna materia de sus respectivas carreras.
  Mientras Agatha iba por el tercer año de Bellas Artes, Alex hacia cuarto de Abogacía, y el unico que estaba a pasos de recibirse era Rene, que habia empezado hacer su tesis para la carrera de Literatura. Agatha y Rene conocieron por casualidad a Alex; estaba perdido en la biblioteca equivocada, a pesar de que ya estaba haciendo su segundo año de abogacía. Ese dia lo tres habían formado un grupo inseparable a pesar del poco tiempo que tenian para verse.

-Cierto, mala mía.- dijo Rene.
-La tesis te esta descomponiendo mas de lo usual.- se burlo Alex.
-¡Pido pizza, y papas fritas!.- gritó desde la cocina Agatha.

Rene hizo una mueca de tristeza mezclada con cansancio, algo inusual en él pero que Alex notó enseguida.

-¿Qué ocurre?.- preguntó un poco curioso y preocupado a la vez.
-Agatha le voy a enseñar algo a Alex en el otro cuarto.- gritó Rene dándole un empujón a su amigo.

Ya solos, Rene se recostó sobre la puerta de su habitación y tapó su cara con la manos, jalando su rostro hacía abajo y lanzando un quejido de cansancio.

-Tengo un problema.- dijo decidido.- Pero no es cualquier problema.- susurró.
-Dime, soy una tumba.
-Si, que quede entre nosotros, que nadie mas sepa.- sabía que estaba rompiendo un trato pero también el secreto le estaba rompiendo la cabeza.- Escucha... ¿Viste Venus, esa creación perfecto a los ojos de todos? Bueno... mmmm... ella... es Agatha, y creo que me estoy enamorado o lo que sea.

Alex quedó boquiabierta, no sabía que contestar, porque a demas se sorprendió por saber sobre el origen de Venus. Miro al joven hombre que tenía en frente, le entró un sentimiento de lastima. De verse siempre alegre y optimista paso a ser un saco desinflado que irradiaba una clase de angustia muy desconocida, ese saco llamado Rene.

-Wuau amigo, si que estas mal.- le dio un abrazo de consuelo, ya que para Alex un abrazo era, al menos, un mínimo consuelo.- Siempre pense que eras pro-sentimientos, pero veo que no.- se alejó lo volvió a ver para analizarlo y una idea se le cruzo.- ¿Te digo algo que siempre pense?
Rene asintió con la cabeza.
-No se porque, pero siempre crei que o vos o ella, sentía algo por el otro. Ahora veo que es casi verdad.

Rene camino hasta la cama, y se sentó en el borde. El si es un chico sentimental pero es de una clase de sentimentalismo raro. En su vida tuvo dos novia, Mia y Amanda, siempre dijo estar con ella por una clase enamoramiento, y siempre termino dándose cuenta de que juntamente era eso, un enamoramiento. Ahora teme de que sea así. En sus dos relaciones la persona afectada siempre era él; ahora puede ser peor, estar enamorado y qué la otra persona no sienta lo mismo. Rene se levantó de la cama, enderezó su cuerpo, y fingió esa sonrisa, la misma que fingió Agatha al hablar de su ex.

-Amigo, sos un valiente.- fue lo unico que pudo decir Alex.
-Chicos.- interrumpió de repente Agatha, haciendo que ambos chicos de asustaran.-Llego la comida.- y les regaló un sonrisa llena de deseo por atacar a las papas y sus apuntes de historia del arte III.