13.

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Hacia dos semanas que Rene había vuelto a su país natal. Aunque estaba ansioso de ver a su amiga, tenia cierto nerviosismo, hasta un poco de miedo, pues no sabia como reaccionaria ella.
A sus oidos llegó la noticia de que uno de sus cuadros iba a estar en exposición, decidió que ese sería el mejor momento para verla.

-Con público incluido para que no quiera pasar vergüenza por pegarme.- se dijo a si mismo riendo.

Agatha, caminaba de un lado a otro frente a la gran Venus que había pintado. Se encontraba sola en un gran salón repleto de hermosos cuadros de todo tipo. Sus nervios se notaban aunque intentará ocultarlos.

-Agatha, tranquila.- dijo Alex a lo lejos que se acercaba para saludarla.
-Hola ¿Se nota mucho mis nervios?
-Si, mucho. Es mas estás haciendo un camino con tus pisadas.- bromeó para hacerla reír.

Con el tiempo Alex se había convertido en un gran amigo, en un gran consuelo. Estuvo cuando ella lloró una semana entera por la partida de Rene, también cuando decidió que no estaba bien estar pendiente de aquél chico que se fue sin dejar rastros.

-Gracias por venir.- sonrió para abrazarlo y secretamente agradecerle por el tiempo compartido.

Al cabo de unas horas el gran salón se llenó de gente de todo tipo. Estudiantes, artistas, familia, y hasta periodistas. Agatha se había calmado, y se puso a charlar con la reciente novia de Alex, una hermosa estudiante extranjera de medicina.

-Aly, ven hay algo que tienes que ver.- llamó a lo lejos Alex.

Mientras veía como la chica se alejaba, a lo lejos su ojos pudieron ver a alguien mas acercarse. Se veía tan bien, tan sano, no era la misma persona enferma de meses atras. Su pelo color cobre le llegaba unos centímetros por encima de los hombros, sus ojos verdes parecían al de un niño pequeño, llenos de felicidad. Y su sonrisa, esa sonrisa que ella siempre admiro, aquella sonrisa con la cual nunca tuvo miedo, una sonrisa tan viva, sin vestigios alguno de recuerdos pasados. Él caminaba hacia ella con tanta seguridad, con tanta vida.

-Hola.- sonrió enormemente.- Mirate, toda una artista, y eso que no te recibiste.

Agatha no sabía que decir, su boca se abrió pero de ella no salían palabras. Pero de repente la cara de sorpresa cambio a una totalmente diferente.

-Eres un cretino.- murmuro para que solo él pudiera oirla.- Primera guardas miles de sentimientos hacia mi, luego te enfermas.- sus ojos se empezaron a poner rojo de tanto contener las lagrimas.- Te vas, excusandote de que era por mi propio bien. Da la casualidad de que desapareces sin dejar rastro; vuelves, vuelves sano, feliz, radiante.- fue un reflejo automático, pero se lanzó hacia delate, hacia el cuerpo de Rene.

Por el impulso Rene tiró su cuerpo hacía atrás, pero sin soltar a Agatha, que lloraba por rabia y felicidad. Él cerró sus ojos y se dejo llevar por la emoción del momento. La gente había desaparecido de su alrededor, estaban solos, como una cursi película romántica. Entonces también lloro, un fino camino humedo se abrió paso por sus mejillas hasta desembocar en su boca sonríente.

-Solo pido que me perdones.-murmuro.
-¿Como se que no volverá a pasar?.- preguntó Agatha un tanto preocupada.
-Se que la próxima vez que pase no saldré vivo.

Agatha lo soltó y camino hasta su cuadro. Lo contempló como si fuera de otro artista y no suyo. Lo que le acababa de contestar Rene, no le garantizaba nada, sonaba hasta cínico.

-No se. No creo que pueda volver a confiar.- volteó para verlo.- Creo que la gente me ve cara de tonta que siempre hace lo mismo. Y no sos la excepción.

Rene se acercó a ella lo mas rápido que pudo. Las palabras de ella se le clavaron como una daga en el corazón. Tomandola por los hombro, haciendo que sus miradas choquen, lanzó un suspiro largo.

-Nunca digas eso. Nunca.- dijo cortante.
-No.- hizo un puchero, como si fuera niña otra vez.- Nunca podría dejar de confiar en vos.- lloro nuevamente.- Eres la persona que mas amo.

Los dos lloraron, como cuando ella cumplió quince años, lloraron como el día que a él lo internaron por primera vez. No les importo la gente de su alrededor. Solo les importaba ellos. Rene alzó su mirada, observando el hermoso cuadro para el cuál lloraban.

-¿Como se llama esta belleza?.- preguntó Rene sin soltarla.
-Se llama Venus.- musito feliz Agatha.
-Es hermosa... como vos.- y sin quererlo, la beso. Agatha no se nego. Por primera vez en la tanto tiempo su felicidad era completa.

《Ahora Eres Venus》Where stories live. Discover now