Capítulo 2 A. (2ª Parte)

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Me siento muy molesta, y ésta ves no es sólo conmigo misma. Lo que Zack me confesó... Me costó creerle al principio. Luego de haberme desmayado desperté una hora después recostada sobre mi cama y con una nota junto a mí escrita por él, era muy breve pero de todas formas no pude evitar sentirme ansiosa al leerlo:

Cumple con tu horario y evita el retraso. Hablaremos a la noche si es que estás más tranquila...

Z.

Eso me molestó bastante pero no tenía de otra que hacer caso. Debo acabar su gigantesca biblioteca lo antes posible, y no podré lograrlo si me tomo mi tiempo para hacer berrinches y pensar en cosas que... ¿A quién engaño? No puedo pensar en nada más porque soy consiente de la enorme probabilidad que existe sobre lo que Zack reveló acerca de mí pero... ¿Cómo?. No soy consiente de cómo habrá sido La Cueva de los Bunters... Dusters... Como sean, pero de lo que sí estoy segura, es que no hay manera de contradecirlo. Soy tan estúpida que seguramente esos malditos ni siquiera debieron haberse esforzado para obligarme a hacerlo.

Siento un profundo dolor en mi pecho y no puedo evitar cubrir mi rostro con ambas manos, creyendo que de esa forma podré ocultar mi vergüenza de haber sido tan tonta pero desgraciadamente lo hecho, hecho está. Estos son los momentos en los que desearía tener música triste para tirarme en el suelo y cantar con amargura mientras mi mirada se encuentra perdida en el techo, con mi mente volando en el aire al igual que debieron haberlo hecho los escombros de La Cueva. Zack es un idiota. ¿Quién no posee siquiera un reproductor de música común en su hogar? ¡Estamos en el siglo XXI!. Lo peor de todo es que ahora mismo no recuerdo ninguna canción en particular o alguna sinfonía conocida. Detesto El Titanic (película), pero si ahora mismo tuviera la posibilidad de verla la reproduciría una y otra ves en el momento que Celine Dion canta... Genial, ni siquiera recuerdo el nombre de la maldita canción.

Decidí darme una corta ducha con el fin de limpiar la sangre derramada que mancha mis manos y mi rostro pero de todas formas no pude hacerlo, al observarme al espejo una ves más y ver cuanto tiempo ha pasado para mí, cuanto daño he causado y cuan tonta fui, comencé a sentir nauseas y vomité todo mi almuerzo dentro de el inodoro. Esto es un martirio. Luego de lavarme la boca me negué a observarme una ves más frente a ese maldito espejo y hui de allí inmediatamente, me vestí con lo más simple que encontré y bajé a la biblioteca para comenzar mi lectura de una ves por todas.

Los minutos pasaban y mis ojos simplemente observaban las palabras como si estuviesen escritas en árabe, no consigo concentrarme y eso me hace sentir peor porque resulta desesperante. ¡Necesito y debo leer! Me siento como en la escuela otra ves, igual que cuando los profesores de literatura nos asignaban un libro para leer y yo no podía hacerlo por el simple hecho de que no me inspira el tener hacerlo por obligación...

Estaba sentada sobre el sofá de la biblioteca con mi mirada perdida en la nada hasta que vi una puerta junto a una estantería, la entrada a otra habitación que Zack nunca antes me había mostrado o mencionado siquiera. Él no me dijo que estuviera prohibido entrar allí así que yo me puse de pie al instante y me dirigí hacia ella para entrar, no estaba cerrada con llave, pero al abrir sentí un aroma a abandonado mezclado con mucho polvo, lo cual provocó que comenzara a toser. Los muebles estaban cubiertos por sabanas blancas al igual que los cuadros, y las cortinas eran tan gruesas que no permitían que entrara la luz. Las abrí y más polvo invadió el ambiente, pero al abrir también las ventanas el viento se deshizo de él. Misteriosamente pude sentir algo en mi rostro que me puso los pelos de punta, una sensación que jamás había tenido el placer de sentir y creo suponer que esto es el frío. Que extraño... ¿Porqué ahora puedo sentirlo? No lo sé, pero me gusta, me siento mejor, más tranquila y no tan triste. A pesar de que el día es gris y parece ser otro día de lluvia, me siento bien. Puedo admirar el paisaje alrededor de la gran casa en medio de la nada, no hay fauna pero el verde es abundante. Definitivamente hermoso. Me gustaría salir pero... No puedo, no debo.

Offenbarung 3Where stories live. Discover now