Capítulo 3 A.

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Luego de haber aceptado formar parte de sus planes pensé que las cosas iban a cambiar pero... No de esta manera. Me equivoqué terriblemente. Al día siguiente Zack enloqueció, se transformó en un demente obsesivo y controlador. Las rutinas se triplicaron, los libros aumentaron y él no volvió a salir de casa solo para poder vigilarme a toda hora...

- Si vas a estar a mi lado como una líder, debes lucir fuerte y segura. No puedes ser blanda y mucho menos gentil. Olvida por completo quién fuiste antes, si quieres respeto debes hacer que los demás te teman y con esa expresión tan blanda solamente estás demostrando que eres una chica débil y fácil de aplastar -me retó y yo apreté mi mandíbula con fuerza, intentaba no tragar o hacer cualquier gesticulación que pudiera parecer "débil" a sus ojos.

- Técnicamente he perdido un 80% de mi personalidad después de que esos enfermos de La Resistencia abusaron de mí con sus experimentos, destruyendo por completo mis melanocitos causando despigmentación tanto en mi cabello como en cualquier vello de mi cuerpo. ¡Parezco una maldita albina sin cejas ni pestañas porque son transparentes! -me agarré la cabeza sintiéndome casi histérica. Él me vuelve histérica con sus exigencias.

- Lo sé y lo he tomado en cuenta, por eso decidí comprarte maquillaje, el cual deberás acostumbrarte a utilizar desde hoy en adelante -dijo y yo lo miré un poco confusa y extrañada.

- ¿Qué dijiste? -pregunté.

- Me has oído bien, desde hoy quiero que utilices maquillaje para oscurecer tus hermosas cejas y pestañas largas y arqueadas que siempre me gustaron -apretó una de mis mejillas intentando ser "cariñoso" pero más bien me pareció ser un poco tosco ya que no hay mucha diferencia entre él y Voldermort cuando se trata de demostrar afecto.

- Yo no sé usar maquillaje... Bueno, creo recordar algo pero de todas formas no estoy acostumbrada a él. Jamás he usado.

- Siempre hay una primera ves para todo, Coraline. Nunca antes habías entrenado 20 horas al día ¿O sí?. Deja de quejarte y has lo que te diga. Ven conmigo...

Él se puso de pie y se retiró de la habitación así que tuve que seguirlo, nos encontrábamos en el comedor supuestamente almorzando pero no tuve opción. Me condujo a su habitación nuevamente, y al entrar encendió la luz para que pudiera admirar la gran maleta que se encontraba sobre su cama.

- Enserio. ¿En qué momento saliste? ¿Acaso no duermes jamás? -pregunté sorprendida y él me obsequió una leve sonrisa sin gracia.

- No, jamás lo hago -dijo antes de acercarse a su cama para abrir la maleta y así poder mostrarme su contenido... Era sorprendente.

- Nunca vas a responder a ninguna de mis preguntas. ¿Cierto? -lo miré un tanto ofendida y desilusionada a la ves. Él me miró a los ojos y dio un largo suspiro como si le fastidiara que siempre tocase el tema. No sé qué tanto se queja si de todas formas me va a evadir y yo no volveré a insistir, ya estoy cansada...

- No importa cómo lo he conseguido, el punto es que ahora todo es tuyo y quiero que lo uses cuando salgamos de aquí. No pienso sacarte al mundo exterior luciendo tan simple y agradable, tú debes causar impacto en las personas cuando te vean pasar -dijo y yo me quedé helada. ¿Acaso ha dicho... Salir? No he prestado atención a nada de lo que dijo después de eso pero no me importa.

- ¿Voy a salir de aquí? ¿E-es enserio? -no pude evitar sonreír ampliamente y él me miró de reojo con una pequeña sonrisa divertida en su rostro- ¡Es increíble!. Por favor, dime que no es una broma.

- Por supuesto que no, tonta. Has entrenado durante meses y sin descansar, tu cuerpo ha tomado forma y has acabado mi biblioteca por completo así que he pensado llevarte a un lugar muy especial donde comenzaremos a practicar el empleo de tus poderes. No puede ser aquí y tampoco afuera de casa, aún que no haya nadie a miles de kilómetros a la redonda...

Offenbarung 3Where stories live. Discover now