Capítulo 10

2K 203 37
                                    

Para entretenerme un poco con la intención de distraer mi mente, se me ha ocurrido recorrer toda la habitación para medir el espacio utilizando los viejos métodos. Caminé de lado a lado contando los pies, utilizando la medida aproximada de 0.305 por pie; la habitación mide de un lado al otro 33 pies, lo cual significa que aproximadamente debe estar entre los 10.0584 metros de largo. En lo ancho la habitación llegué hasta los 25 pies, calculo que aproximadamente debe medir 7.62 metros; pero en lo alto se me complicó un poco medir debido a que el techo se encuentra a varios metros arriba de mí cabeza, y no he encontrado alguna forma de subir para medir utilizando mis codos, por ello decidí medir la altura utilizando una medida aproximada multiplicando mi propia medida. De pies a cabeza mido aproximadamente 1,68, y desde mi punto de vista (si no me equivoco) podrían necesitarse unas 4 medidas más de las mías para alcanzar el techo y aún así es probable que pueda faltar unos 50 centímetros más... digamos que aproximadamente 7.22 metros.

Joder. Odio recordar esos malditos libros que Zack me ha obligado a leer. Estúpidas matemáticas... No digo que las matemáticas sean estúpidas porque siempre me han gustado (aún que jamás lo llegué a demostrar), pero detesto recordar las malditas exigencias de Zack para aprovechar mis dotes físicos, mentales y psicológicos...

- Te veo muy entretenida esta tarde. -oí una voz detrás de mí que no pude reconocer rápidamente hasta que lo vi. Era aquel chico grande y musculoso de los ojos grises que me llevó hacia el interrogatorio. ¿Cuál era su nombre?.

- Y tú qué quieres. -le respondí de mala manera. ¡Me siento irritable! Jamás he pasado tanto tiempo sin darme una maldita ducha. Mi máximo siempre fueron 8 horas, y seguramente a estas alturas de los tiempos debo llevar más de 8 días; o por lo menos yo lo siento así...

- Tranquila, te ves bien para lo que seguramente deberías estar después de haber pasado tanto tiempo sin poder tener un momento de intimidad. Yo te escoltaré a un baño donde podrás higienizarte, bañarte y hacer todo lo que desees. -dijo y yo lo observé detenidamente durante un par de segundos un tanto dudosa.

- ¿Dónde estarán los guardias? Si ustedes estarán fuera de la ducha, no quiero ir. Prefiero pudrirme aquí. -me crucé de brazos comportándome como una malcriada solamente para probar algo de suerte. Obviamente quiero ducharme aún que sea en frente a todo un grupo de adolecentes, pero quiero probar algo con este chico.

- Ellos te acompañarán pero nadie te molestará allí dentro. Yo mismo pienso encargarme de eso; y si no me crees, no podré insistir. Yo no te pienso obligar a hacer nada que no desees. -se encogió de hombros e inmediatamente de manera involuntaria, una sonrisa se dibujó el mi rostro. A su vista seguramente es amigable, pero en mi interior es malvada y bastante engañosa.

He comprobado mi teoría: puedo dominar a este chico con facilidad si utilizo un vocabulario adecuado, y de esa forma probablemente logre que él sea quien pueda sacarme de aquí.

- Iré. -dije ofreciéndole mis manos para que me esposita, pero él negó con la cabeza y se acercó a mí. Yo retrocedí inmediatamente, como reflejo impulsado por el temor que me causó verlo sacando un arma que traía oculta en su espalda.

- No tengas miedo. Conozco muy bien tu reputación desde antes de llevarte al interrogatorio y sé que eres una hábil escapista. No quiero correr el riesgo, o de lo contrario solamente lograrás que Alberto se enfade aún más y decida castigarte, y es por eso que debo tomar estás medidas preventivas. -apoyó su arma sobre mi brazo y cuando disparó, apenas sentí un pichanzo como el toque de un aguja. Al retirar se arma no pude distinguir ninguna marca.

Offenbarung 3Where stories live. Discover now