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Su sonrisa era de esas que te dejan atontados durante largo tiempo sin notarlo. Frank solo podía sonrojarse al ser descubierto observándole tanto tiempo. Gerard soltaba una que otra risita desde su puesto tras la caja registradora, viéndole decirle algo a la chica pelinegra que acababa de llegar. Ella solo le sonrió asintiendo y este dejó su mandil asentado para después salir de tras de la barra y caminar en dirección al castaño. Sus pasos parecían ir muy lentos y su pelo negro parecía flotar. Era una persona muy cool. Una que sin importar qué tan nerd sea, se estaba acercando a él.

- Hola, Frankie.- Le dijo en una sonrisa. El castaño tenía sus avellanas fijos en sus verdes. El libro en su mano estaba medio abierto y la boca la tenia semi cerrada. Parpadeó un par de veces relamiendo sus labios.

- Hola.- Respondió con la garganta reseca. Sonrió a medias y alzó una mano hasta la suya.

- ¿Nos vamos?- Frank asintió enseguida tomando su mano y poniéndose de pie. Soltándola para guardar sus cosas rápidamente, mientras uno que otro lápiz se le caía, maldiciendo y escuchando las risitas divertidas de Gerard para así guardar todo forzadamente en su mochila y volver a tomar la mano del mayor.

Enseguida otro matiz carmín cubrió sus mejillas. Se sentía más que nada, avergonzado. Era demasiado el hecho de que desde hacía unas cuantas semanas, desde el incidente en donde el pelinegro le salvó de ser atropellado, diciéndole que era más que obvio que descubrió que estaba interesado en él, habían estado saliendo casualmente, yendo conociéndose como un par de personas que querían llegar a ser "algo":- ¿Entonces aceptas ir?- Dijo de repente. No había notado cuanto habían avanzado ya, paseando por los pasillos de la universidad donde todos les veían de reojo y cuchicheaban a sus espaldas. Frank bajó la mirada asintiendo. Gerard sonrió y se acercó a él para susurrarle al oído:- ¿Qué pasa?... ¿Te avergüenzo?- Abrió sus ojos como platos mirándole incrédulo.

- ¿Qué?- Gerard alzó una ceja desviando la mirada y negando.

- Solo digo...

- Al contrario.- Dice enseguida.- Yo debo seguro de avergonzarte.- El pelinegro le mira de nuevo a punto de responderle, cuando ambos son interrumpidos por el menor de los Way, quien palmea sus hombros sonriendo.

- Hola tórtolos.- Gerard ríe y le juega el pelo haciendo que se moleste mientras Frank vuelve a sonrojarse:- ¿A dónde tan temprano?

- Son las dos. Mi turno terminó hace un rato y la semana pasada entregue mi último proyecto. Frank no tiene tampoco nada que hacer y le he invitado a ver una película en casa.- Se encoge de hombros sin preocupación. Mikey alza una ceja y mira al castaño, relajándose poco después.

- Yo iré a la biblioteca.- Dice casual.- Pensé que ahí te vería, Frank.- El aludido alza el rostro y se muerde el labio.

- Yo... Ya estudié para el examen.

- ¿¡Tienes examen!?, habérmelo dicho antes...

- Está bien, está bien.- Dice enseguida.- ya he estudiado antes para poder ir a ver una película contigo.- Confiesa. Los hermanos Way casi se mueren de ternura ante las palabras del más bajo mientras lo ven mordisquearse los labios nervioso.

- Bueno. Yo me voy. Volveré tarde.- Les guiña el ojo. Gerard resopla mientras el castaño respinga aún más apenado. Mikey se va campante burlándose de ambos.





La casa de Gerard resulta ser un pequeño departamento en un barrio que realmente Frank jamás había pisado. Pero no lo dice y finge estar familiarizado. Entra con pena a pesar de que este le sonríe y diga que puede hacerlo como si estuviera en su casa.

- Mikey y yo tratamos de hacer que se vea bien, aunque de por sí el edificio es un asco.- Ríe.- Pero pues nuestros padres no nos mandan mucho dinero, a penas y alcanza para lo que le piden a Mikey y bueno, yo solvento mis gastos con el trabajo a medio tiempo. Aunque también me piden cosas nada baratas.- Suspira. Sigue sosteniendo su mano y le escucha atentamente. El como sus labios no se abren por completo y aveces deja ver sus dientes chiquitos y perfectos.

Caminan hasta una de las habitaciones y entran. Todo es muy colorido. Tapizado de varias hojas, bocetos sin terminar y óleos. Una cama individual algo desarreglada y una televisión en frente de ambos, pequeña pero según el pelinegro, estaba en sus mejores tiempos.

Tiene un VHS en perfectas condiciones y ambos ven una película que Gerard ha rentado.

IT se aparece en la pantalla y enseguida Frank se acerca un poco más al mayor. Gerard solo sonríe pasando el brazo a su alrededor en determinado tiempo y en la parte en donde asustan a uno de los niños en las regaderas, el castaño respinga mirando al pelinegro quien solo ríe de él.

- No es gracioso.- Le dice en una mueca.

- Solo es una película.- Se encoge de hombros.- Además, yo estoy aquí contigo, nada va a pasarte.- Le aseguró con una sonrisa gatuna. Frank quiso replicar pero enseguida calló cuando se dio cuenta de lo cerca que Gerard estaba suyo.

Sentía un poco de su aliento en su piel y el apego que tenían se había hecho más estrecho.

Se miraban tentativamente, con las pupilas de ambos tratando de abarcar una visión del otro. Gerard suspiró pesado apretando los labios y negando levemente:- Eres muy lindo, Frankie.- Dijo sin más. El aludido enrojeció de nuevo tratando de decir algo, siendo interrumpido por los labios de Gerard siendo estampados contra los suyos, saboreando estos enseguida mientras mordía uno de ellos para abrirse paso.

Frank suspiró en medio del beso, temblando mientras llevaba su mano al hombro de Gerard. Este le aferro entonces por la cintura y lo tomó de tal forma que se situara a horcajadas suyo.

Se separaron brevemente sonriéndose. Las manos del mayor seguían en sus cintura bajando a sus caderas, acercándose de nuevo y observando cómo aquel chico de ojos avellanas, tímido y excesivamente hermoso, se relamía los labios volviendo a besarle.





El jabón pasó por su espalda restregándole con cuidado. Frank estornudó entonces haciendo a Gerard parar.

- Vas a resfriarte. Debes tomar algo enseguida.

- Ya se. No soy un niño.- Se quejó.

- Pues lo parece.- Burló el mayor. Frank refunfuñó volteándose enseguida, levantando el agua de la bañera y colocándose a horcajadas de él. Gerard lo atrajo hacia si acariciándole la piel desnuda. Entonces el mismo castaño se levantó de tal modo de colocar el ya erecto miembro de su esposo en su entrada, auto penetrandose a sí mismo a un ritmo considerado, bajando completamente y soltando gemidos alaridos. Gerard se mordió el labio acercándolo y abrazándolo:- Cariño...- Susurró. El avellana gimoteó sintiéndose lleno sin responder.- Hmmm y dijiste que sólo sería un baño común y corriente... Creo que tus padres tendrán que esperar.

***
Como ya habrán notado, he estado manejando la temática de recuerdos en esta historia. No toda será así, solo él principio para explicar el por qué del nudo.

Esta algo aburrida lo sé, pero a mí me parece algo como qué romántico. No sé si se me de :v

🌻 iniciamos con las actualizaciones del fin, hasta al rato 🌻

Contigo. ^Frerard^Donde viven las historias. Descúbrelo ahora