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Lleva al menos tres días en cama. Gerard le lleva la comida además de ser quien le obliga a levantarse para irse a bañar.

- ¡Pero no quiero!- Gruñe haciendo al final un puchero. El mayor le ve alzando una ceja no muy contento.

- Piensas decirme, ¿por qué no has ido a trabajar?

- ¡Odio ese sitio!, no pienso volver. No si al menos no recibo una disculpa por parte de esos tontos.- Refunfuña cruzándose de brazos. Gerard suspira viéndole taparse de nuevo con la sabana, yendo hasta él y acostándose a su lado.

- ¿Qué ocurrió?- Frank tiembla apretando los labios. Sabe que está a punto de confesarlo todo.- Vamos... Dime, cariño. ¿Acaso no confías en mí?... Sabes que siempre estaré aquí para ti, escuchándote.- Y eso es todo. Ya está volteando hacia él viéndole fijo a los ojos verdes que tiene, los cuales le sonríen mientras le acaricia las mejillas.

- Mi madre de nuevo.- Entonces ya sabe qué ocurre y solo puede suspirar.

- ¿Qué hizo ahora?

- ¡Lo mismo de siempre!, solo quiere dejarte mal ante todo el mundo. Ahora ha hecho que Robert piense cosas horribles de ti y por ello me he molestado con él. ¿Es que nunca se cansará?; igual Bob ha sido un completo imbécil al creerle.- Parece que le saldrá humo por las orejas, riendo entonces mientras niega.- ¿¡Qué es tan gracioso!?

- Tú, cariño.- Dice el mayor besando su frente.- Ya sabes cómo es tu madre. ¿Recuerdas que habíamos platicado sobre eso?

- Ella solo quiere mi bienestar...

- Así es.

- ¡Pero no por ello tiene que llegar a estos extremos!

- Ya sé, Frankie, pero eres su hijo, entiéndelo.

- ¿¡Por qué rayos le estás defendiendo!?, siempre es lo mismo contigo. ¿¡Acaso no puedes enojarte como una persona normal!?- Grita eufórico poniéndose de pie y alejándose del mayor quien suelta el aire haciendo una mueca siguiéndole.

Le abraza por detrás mientras coloca su mandíbula en su hombro.

- Sabes que eso no me afecta... Sabes que mientras yo pueda seguir a tu lado, lo que digan de mí sale sobrando. A mí solo me importa que tú me sigas amando. ¿Por qué me sigues amando, no?- El avellana rueda los ojos volteándose a él y viéndole fulminante.

- Claro.- Dice disgustado.

- Hey... Solo déjalo estar...

- No puedo. Me hierve la sangre.

- Sabes que tu madre no cambiará. Y tu amistad con Robert es importante así que dale una oportunidad. Las personas son propensas a equivocarse.- Le miró fijamente apretando los labios sin saber que excusa poner ante ello. Pero Gerard siempre trataría de prolongar la paz en su vida, donde siempre le proporcionaba estabilidad emocional.




- ¿Qué haces aquí?- Dice sintiéndose eufórico. Siente que podría estallar en llanto y empezar a gritar como un degenerado si la circunstancia lo amerita.

- Vengo por ti, es obvio.- Dice Linda Iero mientras entra sin permiso a la casa donde vive su hijo.

Su rostro se deforma al ver la pobreza con la que aquel intento de pintor lo mantiene viviendo, negando mientras voltea a ver al castaño con seriedad.

- Pues has venido en vano. No pienso regresar contigo.- Dice muy seguro mientras se cruza de brazos.

Está usando un extraño pijama que parece de medio uso mientras su pelo está revuelto y ha bajado de peso.

- Ugh. Ese hombre apenas y puede mantenerte. ¡Mírate!, ¡estás muy flaco!

- ¿Es que no recuerdas lo que ha sucedido?... Por Dios, mamá. He abortado hace menos de un mes. No estoy recuperado del todo. Y el no tener tu apoyo me alarga mi recuperación. Pero, ¿sabes qué?, soy feliz.- Sonríe.- Sí. Gerard trabaja para darme lo mejor por qué soy su esposo, y como su esposo nada me falta. No me hace falta lo innecesario que siempre he conseguido chasqueando los dedos. Con todo lo justo es más que suficiente.

- Por favor. Eso ni tú te la crees. Deja de bromear, Frank. Solo toma tus cosas y vámonos de este... Lugar.- Dice con desprecio mientras mira a su alrededor. El castaño niega con pesar.

- ¿Cómo es que puedo tener una madre como tú?

- Entiéndelo, Frank. Ese hombre no podrá jamás darte un buen futuro. ¡Es un bueno para nada!

- Bueno, pues si eso piensas déjame informarte que yo soy más que feliz con ese bueno para nada. No necesito más.- Espetó decidido abriendo de nuevo la puerta para ella. Linda alzó una ceja nada satisfecha negando.

- Te está engañando.- Le dice sin más. Frank abre la boca indignado mientras niega.

- ¿Cuánto puedes ser capaz de hacer para separarme de Gerard, Huh?, ¿tanto me quieres ver infeliz?

- No estoy mintiendo.- Sonríe ella en cambio, sacando de su bolso un sobre.- Sabes que tengo buenos contactos. Ábrelo.- Frank aprieta los labios haciéndolo. Ve fotos donde Gerard abraza a alguien más y otras después, se besan.

Están en un bar, Gerard está vestido de una ropa que en su vida había visto. Si fuera otro, podría asegurar que es cierto. Pero no él, él confía en su esposo.

- Wow.- Dice sorprendido.- Ahora me doy cada vez más cuenta, de lo que eres capaz para conseguir lo que quieres.- El castaño niega guardando las fotos y entregándole el sobre.- Por favor, vete de mi casa.- Ella sonríe tomando el sobre caminando hasta la puerta.

- Eres un Iero. Recuérdalo.

- Jamás se me ha de olvidar.- Linda dejó de sonreír apenas la puerta fue cerrada, caminando sobre sus talones para así bajar por el mugroso ascensor de aquella extraña departamental.

Llegando al primer piso, este se abrió dejando ver a un pelinegro que respingó al verla, deteniendo su paso. Linda dio un paso hacia él apretando los labios.

- Buenos días, señora Iero. Me alegra mucho verla.

- Si bueno, en eso no coincidimos.- Responde zanjando el saludo.

- Frank debe estar feliz de verla.- Agrega aún así el muchacho.

- Veras que no tanto... Le he mostrado unas fotos donde le enseño que le has sido infiel y me las ha devuelto sin más.- Comenta casual. Gerard frunce el ceño negando.

- Por qué es mentira, claro está. Yo amo a su hijo, señora Iero. Solo quiero verlo feliz, y sé que con su aprobación, lo estaría más.- Le miró fulminante y con severidad mientras Gerard le mostraba una pequeña sonrisa.

- ¿Crees que con esa falsa honestidad y amabilidad tuya, me compras?, me da asco. Solo eres un pobre hombre que se ha aprovechado de mi hijo.

- Fui educado para respetar a una mujer, así esta no lo merezca.- Le responde el pelinegro.- Pero yo sé que usted solo quiere lo mejor para su hijo. Soy pobre, si. Pero el dinero no me importa. Enserio amo a Frank.

- ¡Te le metiste por los ojos!

- ¿Yo?, no. Se equivoca, él me miraba de lejos haciendo poco a poco que me fijara en su belleza. Me enamoré como un idiota.- Sonríe.

- Escúchame bien, Gerard Way, haré hasta lo imposible para que mi hijo se separe de ti. ¿Entiendes?- Alza una ceja y suspira.

- Si usted dice...

- No te ves preocupado.

- No lo estoy. Frank y yo nos amamos... No habrá nada que usted haga que nos separe.

- ¿Puedes asegurarlo, niño?

- Lo hago.- Dice enseguida seguro de sí. Linda resopla pasándole de largo hasta detenerse sin mirarle.

- Quiero que vuelva a la universidad. Ambos sabemos que él tiene un gran futuro. Me lo debes. Por quitármelo, me lo debes. Convéncelo.

***
🖖🏻hi

Aquí valiendo chayote :v se me viene el semestre encima :v

Disculpen el cap kk 🎃

Los compensaré 😜

Contigo. ^Frerard^Donde viven las historias. Descúbrelo ahora