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Mantenía el teléfono en la mano mientras un mar de papeles se amoldaban perfecto en su mesa. Gruñía a la falta de cafeína frotándose el rostro con su mano libre mientras esperaba en la línea. La voz al fin se escucho.

- Diga.

- Si vuelves a enviarme al buzón de nuevo, cuando te vea, te romperé las bolas, Kenny.

- ¿Michael?

- No idiota, soy tu madre. ¿Vendrás para acción de gracias, cariño?, el tío John quiere darte uno de esos suéteres horribles que usas para tu colección... Obvio que soy yo, imbécil.

- Mis suéteres no son horribles.

- Tienes razón, Kenny. ¡Son horrendos!- Gritó al borde del colapso. Un resoplido se oyo al otro lado de la línea antes de continuar.

- ¿Qué ocurre?

- Mientras tú te revolcabas con la esposa de Richards, yo te mandé ya la solicitud de orden de restricción que quiero que me ayudes a procesar. La juez en cuestión es Hasher. Esa mujer es un hueso duro de roer, sobre todo por que es amiga de los Iero desde siglos.

- De acuerdo. Lo checaré y te aviso. Aunque no será nada fácil.

- Lo sé. No podemos permitir que se enteren. Estamos hablando de su único hijo y heredero, no nos dejaran dar un paso más si no la metemos ya, hay que movilizarnos.

- Recuérdame de nuevo, ¿cómo es que estamos en juicio contra los Iero?

- Porque mi hermano se enamoró y se casó con su único hijo. Que te digo, son esas cosas del amor y eso.- Gruñe sin ánimos.

- Si bueno, aveces es lindo.

- Muy frustrante.

- No decías lo mismo antes.

- Antes tenía a quien amar.- Grita. Del otro lado de la línea, su colega se mantiene callado brevemente antes de suspirar. Le conoce tan bien que sabe que quiere decirle algo, relamiéndose los labios mientras de manera nerviosa se pone de pie y empieza a andar por la habitación.- ¿Qué ocurre?- Pregunta directo. Kenny es muy débil ante el solo mandato de su voz, así que rápidamente suelta la sopa.

- Raymond volverá al país. Al parecer estar trabajando en los tribunales como apoyo. Tal vez nos lo topemos.- Lo dice con extrema seriedad, como sin quererlo. Hace a Mikey creérselo lentamente sin poder responderle siquiera.

- Hay que hacer que Linda no se entere antes de meter la demanda.- Suspira sin importancia sabiendo que aquello pasaría, asintiendo aunque el rubio no le viese.

Mikey permanece aún estático sin hablar esperando algo. Kenny es uno de sus mejores amigos a quien le había contado todo lo que había sucedido con Raymond. Había trabajado con él desde los inicios y le había visto sufrir de un lavado estomacal por la borrachera que se dio en el nombre del moreno cuando este le rechazó por completo. Algo que de plano no quiere recordar.

Su timbre suena, lo que le hace respingar quitándole el aire y caminando impaciente hasta la puerta.

Sus ojos se abren mirando fijamente a Bob ahí. Este está vestido de forma muy casual y enrojece enseguida ante sus fachas.

- Mikey.

- Hey...- Responde con el aire saliendo aún más. Se escucha casi como un suspiro.

- ¿Quién es?- Pregunta Kenny enseguida, pero aún con el teléfono en la mano, el rubio le ignora sonriéndole a Bob.

- ¿Qué te trae por aquí?- Le pregunta sin dejar de mirarle.

- Yo... ¿Puedo pasar?- Mikey abre los ojos en demasía haciéndose a un lado y asintiendo repetidamente.

Contigo. ^Frerard^Donde viven las historias. Descúbrelo ahora