Capítulo 14

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Siento que vivo en el paraíso. De una patada he expulsado a Matthew fuera de él, siento que he tomado su lugar, o por lo menos lo hago en este instante que me ocupa.

Dios mío ¿Recuerdan cuando dije que Camila me robaría horas y noches de sueño? Pues esta ha sido una, pero por suerte esta ha sido por estar con ella. No habré dormido más de tres horas esta noche. Las he dormido desordenadas, quizás de dos a cinco de la madrugada, quizás de tres a seis o de una a cuatro, no lo sé. Me siento un poco cansada pero me da igual, me da absolutamente igual.

Tengo a Camila sobre mí, me cabalga de manera insaciable. Está totalmente entregada, puedo ver como su torso suda, como le brilla la frente por el calor, puedo ver como se muerde su labio inferior de puro placer, puedo ver que está a punto de llegar al orgasmo. Está abriendo los ojos poco a poco, está contactando visualmente conmigo, me sonríe y yo enloquezco. No puedo separar mis manos de su pequeña cintura mientras ella sigue su infinito balanceo con aquel juguete que nos une a ambas.

-No pares Camila, no pares cielo. -Es lo único que le digo a trabas, porque casi no puedo ni hablar de verdadera excitación que tengo, aunque creo que no tiene intención de ello.
No va a parar, no lo ha hecho en más de media noche y no va hacerlo ahora.

Grita ahogadamente, grita medio contenida porque es consciente que deben ser las 6 de la mañana y no quiere despertar a medio hotel. Por favor, que placer siento con ella. Que intensa es en la cama, no me he sentido jamás así, ¡Jamás!.  Me provoca tantas sensaciones nuevas, es un delirio estar con ella.

Inevitablemente me pregunto, me cuestiono internamente mientras ella ya reposa sobre mí, si se comportará en la cama igual con Matthew. Sé que están buscando quedarse embarazados, sé que Camila quiere ser madre, pero ¿Se entregará igual como se entrega a mí? ¿Lo hará? Es más, ¿Seguirán acostándose como yo lo hago con…

-¿En qué piensas Lauren? –Me interrumpe de mis pensamientos.

Tengo su cabeza sobre mi pecho, porque Camila continúa tumbada sobre mí. Me sorprende que sin mirarme directamente sepa que tengo la cabeza en otro lugar.

-En nada Camila, tengo la mente en blanco.-Le respondo porque obviamente no quiero preguntarle eso y si luego ella me lo pregunta a mi ¿Qué? ¿Qué le digo? ¿Qué si lo hago?¿Que sigo acostándome con mi marido? No puedo correr ese riesgo, es un tema que no quiero afrontar aún, ya habrá tiempo.

-No me mientas, sé que estás pensando en algo.-Insiste.

Qué lista es, cómo empieza a conocerme, como empieza a escuchar y entender todos mis silencios.

-Pensaba Camila...que más vale que nos levantemos de la cama si queremos ir a ver a Blancanieves y la Bella durmiente –Miento descaradamente.

Ella levanta levemente su cabeza, apoya su barbilla en mi pecho para mirarme y me sonríe con picardía.

-¡Qué las jodan Lauren! ¡Qué las jodan a las dos y que se esperen! –Se parte sola de risa.

Yo abro la boca sorprendida por su respuesta y no reprimo tampoco una sonora carcajada. No me esperaba algo así... esta niña es la onda, es tremenda, me encanta. ¡Joder, me encanta!

Después de estar un tiempo más abrazadas en la cama, viendo como amanecía, viendo como los rayos de sol se filtraban por la ventana, hemos conseguido arrancar e irnos a desayunar al bufette. No he querido ducharme con ella porque sé que si lo hacía nos tardaríamos igual que un eclipse en aparecer, así que lo hemos hecho por separado.

Lo cierto es que para mí ha sido un poco raro el hecho de levantarnos juntas, ducharnos, vestirnos estando la una con la otra…he sentido que Camila era cómo mi pareja, lo he sentido…pero no lo es. No es mi pareja. No es mía, no lo es.

En Mi Siguiente Vida [Camren EDITADO 2022]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora