Capítulo 35

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Volvimos de regreso siendo mujer y mujer ¡Me casé con Camila! ¡Me casé! Estaba pletórica, contenta y feliz cómo nunca me había sentido. Estaba tan contenta que sentía que flotaba. Creo que hubiera llegado a Nueva York sin ir a bordo de un avión porque sencillamente ¡Volaba!

Y de esa manera pasaron los siguientes meses. Pasaron felices y volando... Bueno, también teniamos nuestras tontas discusiones y yo andaba más caliente de lo normal. Pero mi estomago que ahora realmente era un balón no me debaja hacer diversas tareas que eran de mi gusto.

La perspectiva de ser mamá seguro que llena de alegría, pero estar embarazada no siempre es fácil. Quizás las náuseas me tienen amargada o se me hinchen los pies.
Pero tambien el embarazo también puede ser divertido.

Ver la cara que pone mi Camila cuando me atrapa en las madrugadas asaltando el refrigerador. Ella termina igualmente preparandome cosas tan extravagantes o bueno, obligandola a que me acompañe a las 3 de la mañana (la hora del Hee Hee) a ir a un mini super por una simple sopa instantanea con esa deliciosa salsa llamada Valentina. Dios... Eso es un manjar y una basura a la vez, pero ¿Qué más da?

También estos meses hemos ido al mall a comprar ropita de bebé y ropa para mi. No les mentiré, hemos gastado una fortuna en accesorios y un monton de juguetitos.
Lo mío va de unos sostenes gigantescos que cuando me dejo ver el escote, a Karlita se le van los ojos y comienza con esa peculiar manía de morderse el labio inferior.

Tan solo al llegar a la casa terminamos haciendo tontas excusas para darnos largos baños perfumados. También para darme un masaje "especial" para embarazadas que según ella vio por internet o sencillamente me pone cremas hidratantes en la pancita.

Nos hemos inscrito en clases de ejercicios para embarazadas. Aprendemos a respirar, a estirarnos y hacer varias actividades en parejas para hacer más fácil el momento del parto. Lo más raro es cuando Camila se le olvida que es por pareja y de pronto la veo concentrandose para pujar o haciendo seriamente ejercicios de embarazada. Y es como "Cariño, la que tiene una calabaza en el abdomen soy yo". Pero la dejo ser.

Mi doctora me ha recomendado subir un poco más de peso, pero pff a mi me aterra un poco no regresar a mi peso ideal. Claro, eso se me olvida cuamdo Camila me hace mi Carnita asada.

- ¿Se va a hacer o no se va hacer la carnita asada? - Me pregunta con una sonrisa de picara. Y claro que también me lo pregunta cuando quiere tener sexo.

No me siento culpable de dormir hasta tarde los fines de semana, es mi primer bebé. Al fin y al cabo me lo merezco porque dios, siento que luego no podrémos hacerlo por muchos años.

He hecho nuevas amistades, porque las mujeres embarazadas siempre tienen algo que compartir. Una de esas parejas se llaman Alicia y... Bueno, la otra es una rubia. Tambien esta una pareja extraña la cual la mujer casí todo el tiempo hace un ruido extraño. Y la verdad me estresa un poco hasta cierto punto.

- ¡Okurrrr!

- ¡Camila por el amor de Dios, deja de imitar a esa mujer! - Volteé hacia ella, ambas estabamos en el sofa viendo Flash, aunque ella estaba en el sillón individual, ya que yo estaba acostada como toda una reina en el más grande.

Ella volteó y me miró.

- EEooooww...

- CAMILA - Tomé uno de los cogines y se lo aventé directo a la cara.

A continuacion mi mujer comenzó a reirse como foca retrasada.

- Camila, no me hagas pararme en vano... - Mis ojos eran un sniper apuntando hacia ella. Odiaba esos malditos sonidos.

En Mi Siguiente Vida [Camren EDITADO 2022]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora