Rafael
-Hablé con Valentina -le conté a Efrén.
-¿Y? ¿Piensas seguir con tus mamadas? -eleve una ceja-. Creo que es hora de que sientes cabeza.
Suspiré -La quiero -esperaba que lanzara una carcajada y empezara a burlarse de mí, pero no fue así, al contrario, sólo sonrió.
-Me alegra que lo aceptes -asintió. Se dio la vuelta y siguió preparando el desayuno. Recosté mis codos en la isla y pasé una mano por mi cabello.
-Tengo que sacar a Valentina, de la casa de Hugo -asintió aún de espaldas -. Eso sería fácil, si tan sólo ella estuviera de acuerdo -se giró de forma brusca.
-¿Cómo que no está de acuerdo? -frunció el ceño.
-No sé, sólo me dijo que en su momento me lo explicará -me encogí de hombros.
-¿Qué crees que sea? -negué.
-Lo primero que pensé es que la tenía amenazada -asintió.
-¿Quién tiene amenazado a quién? -Sheko nos vio.
-Hugo a Valentina -se adelantó Efrén.
-Si quieren puedo investigar -se encogió de hombros, Efrén y yo nos vimos y asentimos-. Bien. Luego de desayunar empezaré, por ahora alimentame, perro -golpeó a Efrén y este lo golpeó a él.
Una vez más, una estúpida pelea empezó, me puse de pie y fui a la habitación de mi hermana. Aún no tomaba una decisión con respecto a lo que haría con ella, tenía miedo que volviera a drogarse o le sucediera algo peor. La puerta estaba abierta, así que entré.
-Hola -saludé. Diego y Ale, estaban recostados en la cama hablando de no sé qué.
-Hola -ambos agitaron sus manos.
-¿De qué están hablando? -se vieron y negaron-. Bien -me encogí de hombros-. No me digan -tomé una silla y me senté frente a la cama, necesitaba hablar seriamente con mi hermana. Antes de empezar a hablar, tomé aire y pasé una mano por mi cabello.
-¿Pasa algo? -preguntó Ale con preocupación.
-Necesito que hablemos sobre lo que pasó -asintió-. Antes de ese día, ¿ya habías consumido drogas? -sus ojos se llenaron de lágrimas y mordió su labio inferior.
-Tranquila -Diego pasó un brazo por los hombros de Ale.
-Sí... Sí consumí antes -eleve las cejas.
-¿Cuántas veces?
-No lo sé -negó. Era más que obvio que sí lo sabía, pero no me quería decir.
Eso para mí sólo podía significar que había consumido muchas veces y nunca nos habíamos dado cuenta, principalmente yo, yo era el mayor, yo debía cuidarlos a ambos. Aunque Diego era quien vivía con ella, no podía culparlo a él, ellos eran mi responsabilidad.
YOU ARE READING
Capaz de Todo.
ActionA ella el quitaron la posibilidad de poder encontrar el amor. A él le enseñaron que el amor lo hacía débil. Ella necesitaba una esperanza para seguir, a alguien que la protegiera de su verdugo y le diera el amor que le habían negado. Él sólo necesit...