Capítulo 5

4.4K 335 33
                                    

El talento de mi abuela era como ningún otro

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

El talento de mi abuela era como ningún otro.

Sus pinturas siempre lograban transportarme hacia otro lugar, llenarme de sentimientos que solo tranquilizaban mi corazón.

Y mente.

Cuando era pequeño, lo único que podía tranquilizarme era ver los cuadros de mi abuela.

Recordaba estar horas frente a sus lienzos, solo admirándolos.

Yendo hacia un lugar mejor.

Había extrañado eso, irme de la realidad que la mayoría del tiempo apestaba para encontrar un mundo lleno de cosas que quería tan desesperadamente que dolía.

Paz, tranquilidad. Normalidad.

—¿Estás intentando copiar mi trabajo? —preguntó mi abuela a mi lado y debido a lo inmerso que había estado en mis pensamientos, salté en mi puesto.

Mi pincel casi cayó en el suelo por el movimiento y sentí calor en mis mejillas.

Encontré a mi abuela con una sonrisa divertida en su rostro y solo volví mi mirada hacia mi lienzo.

—Aunque lo intentara, no lo lograría.

Miré mi propio trabajo y un suspiro salió de mis labios.

Era un desastre.

Solo había un par de trazos que no formaban nada. Ni siquiera una figura.

El solo hecho de pensar en que me estaba volviendo loco por obsesionarme por unos ojos, no dejaba que pudiese pintar.

Pintar aquella mirada.

Un gruñido salió de forma involuntaria desde lo profundo de mi pecho y cerré mis ojos. Paso en falso.

Solo dos segundos se necesitó para que esos ojos se plasmasen bajo mis párpados y lo que había estado bajo control gracias a mis medicamentos, ya no lo estuvo.

Murmullos comenzaron a hacerse presente en mi cabeza. «Loco», «eres como ella» se repitieron una y otra vez, sacándome del estado de paz en el cual había estado.

Intenté controlarlos, las voces. Intenté que se desvanecieran y solo me dejaran con mi abuela.

Pero así no es como funciona. Así nunca es como funciona.

Leo y Clive siguieron acribillando mi mente con comentarios, metiéndose en cada rincón que podían. Los murmullos se multiplicaron e intensificaron, e intenté con todas mis fuerzas aferrarme el poco control que me quedaba.

No quería saber que sucedería si solo me dejaba ir y no luchaba.

La última vez no había resultado tan bien.

Sentí una mano en mi brazo y dedos en mi mano temblorosa.

—Tú puedes lograrlo —murmuró mi abuela y no sé como pude escucharla sobre todas las voces haciendo eco en mi cabeza.

Sentirse Diferente (#1.5 Sentirse Viva)Where stories live. Discover now