Capítulo 4

4.3K 334 14
                                    

Me sentía enfermo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Me sentía enfermo.

No sé en qué momento pensé que esto sería una buena idea.

Tenía todos mis sentidos activos y ninguno me fallaba como para decir que había sido culpa de aquello.

La responsabilidad caía solamente en mí.

Aunque siendo sincero, sabía en qué estaba pensando.

Luego de lo bien y normal que me había sentido al terminar la sesión, solo quería seguir sintiéndome de esa forma.

Y al ver a Laura, supe que lo que sea que pasara entre nosotros quedaría entre los dos.

Llámenme estúpido o confiado, pero al saber lo que tenía que lidiar, sabía que no querría tener la atención en su persona y por consiguiente estaba a salvo de que el chisme volara por el pueblo.

Así que solo me lancé a ello, queriendo solo ser un chico normal, aunque fuese por un par de horas.

Ese fue mi gran error. Nunca sería un chico normal, por mucho que lo deseara y luchara por ello.

Podía intentar ser la mejor versión de mí mismo y evitar lastimar a las personas, pero eso no me convertía en un adolescente promedio.

Así que estar ahí, sabiendo como todo había terminado, me hacía sentir mal.

No estaba siendo la mejor versión de mí, ni por asomo.

Debía de salir de ese lugar, lo había estado pensando desde hace mucho, pero estaba demasiado avergonzado como para moverme.

No sabía en qué me estaba convirtiendo.

—¿Vas a vomitar? Porque si es así, traigo una bacinica o algo. Esta es una alfombra muy difícil de limpiar.

Enfoqué mi mirada en Laura, la cual sonreía a mi lado, lo que solo me confundió.

Sabía a que venía cuando entramos a su casa, pero en cuanto sus labios tocaron los míos y comenzó a intentar sacar mi ropa, me alejé de ella como si quemara.

O como si tuviese sarna.

Cualquier persona estaría indignada o algo parecido, pero ella en cambio solo sonreía.

Es más, se veía como si estuviese a punto de largarse a reír.

—¿Qué?

Las palabras se deslizaron de mi boca sin pretenderlo y ella solo siguió sonriendo.

—Tu sabes, una bacinica, donde vas a mear cuando no puedes ir al baño. —Se encogió de hombros y siguió hablando, sin percatarse de como fruncía mi entrecejo—. Según mi madre, es una reliquia familiar, lo cual encuentro asqueroso.

»Se supone que la rara acá soy yo, pero ellos mantienen todas estas cosas antiguas que estoy segura que deben de tener alguna bacteria o parásito.

Sentirse Diferente (#1.5 Sentirse Viva)Where stories live. Discover now